El nuevo ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, lleva toda su carrera política dedicado a cuestiones de índole europea, ejerciendo como Secretario de Asuntos Europeos por el Partido Popular. Según el PSOE, su experiencia en Europa es la misma que su inexperiencia en cuestiones de educación.

Díscipulo de Margallo y Mayor Oreja, que le instruyeron en política internacional, su única vinculación con la cultura viene por ser el nieto de la escritora de novela rosa, Carmen de Icaza. Durante su presumible corto mandato tendrá que hacer frente a cinco meses cargados de episodios dignos de primera plana.

La polémica implantación de la LOMCE, la nueva ley educativa que impulsó su predecesor José Ignacio Wert, será la piedra angular que sostendrá si es recordado o no como el relevo que sustituyó a Wert o como propio Ministro de Educación. En Aragón ya se ha rechazado la ley.

Además del descontento en las aulas, deberá hacer frente a la subida del IVA cultural al 21%, que el colectivo dedicado a la cultura ya ha rechazado en numerosas ocasiones, y lleva el mismo tiempo en pie de guerra contra la figura del ministro, antes Wert, y ahora, Méndez de Vigo.