Para llevar a cabo esta hoja de ruta, según el documento intervenido por la Guardia Civil, se establecen dos comités.

Uno estratégico, encargado de definir el objetivo y la táctica para la deconexión. En él estarían, entre otros, Puigdemont y Junqueras y al mismo nivel el presidente de la Asamblea Nacional Catalana, Jordi Sánchez y de Ómniúm Jordi Cuixat.

Un tú a tú que se puede intuir en las imágenes grabadas el 1-O de Junqueras y Cuixat.

Para la Guardia Civil, otro ejemplo del liderazgo de los presidentes de ANC y Ómnium se encuentra en el asedio a la comitiva judicial en la consellería de Economía días antes del referéndum.

Queda patente, dicen, la capacidad de ambos de dar instrucciones a los mandos de los Mossos y es precisamente ahí donde, según el documento, entra el segundo comité, el ejecutivo. Aquí estarían entro el propio Jové, al que le han intervenido el documento, el director de los Mossos, Pere Soler y el major Trapero.

La Guardia Civil les acusa directamente de inacción el 1-O. El día siguiente, Juan Ignacio Zoido, ministro del Interior, decía que "los Mossos tenían la competencia para cerrar los colegios". Toman como ejemplo las imágenes de los Mossos poniendo a salvo las urnas de la votación, en vez de requisarlas.

Concluyen, además, que los Mossos protegieron a los miembros del Govern para dificultar las investigaciones de la Guardia Civil.