Mazón sigue jugando al despiste y acude a un acto de nuevas generaciones sin estar convocado

El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, sigue jugando al ratón y al gato al acudir por sorpresa a la clausura del acto de Nuevas Generaciones del PPCV. Se ha presentado sin estar convocado para evitar encuentros desagradables con sus detractores, que han aumentado considerablemente después de su nefasta gestión de la DANA del pasado 29 de octubre, y evitar escenas de abucheos o gritos de "asesino", después de que el temporal arrasase con la vida de 228 personas.

Además, ha agradecido que hayan elegido Valencia para celebrar este acto y lo ha considerado como "una gran muestra de apoyo" a su Gobierno, el cual, según él, atraviesa "el momento de mayor abandono por parte del Ejecutivo de Pedro Sánchez". "Estamos encontrando en nuestro propio partido los gestos de ánimo, apoyo, calor cercanía y determinación que no estamos viendo en ningún otro lado", no ha dudado en arremeter.

En este acto, el valenciano se ha mostrado "emocionado" con el "compromiso" de las nuevas generaciones que "quieren mejorar" la comunidad y ha puesto en valor las medidas que ha implementado en estos dos años de Gobierno, como la educación gratuita de 0 a 3 años, la reducción de hasta un 60% las listas de espera para operaciones por la sanidad pública o las ayudas y bajada de impuestos destinadas a los jóvenes para poder comprarse su primera vivienda. Una medida de la que se siente especialmente orgulloso ya que se han podido beneficiar "20.000 jóvenes valencianos", que ya tienen su primer hogar y han podido recurrir al aval de la Generalitat.

También ha aprovechado para arremeter contra el anterior Gobierno de la Generalitat Valenciana, liderado por el socialista Ximo Puig, quien, según él, "dejó una deuda inasumible" y una baja tasa de empleo. "Ahora estamos en niveles récord", ha aseverado, para luego agregar: "Todo eso es lo que está ocurriendo y todo eso es para lo que luchamos".

En la misma línea de ataque, ha calificado al Ejecutivo de Puig de "catalanista" y ha señalado que obligar a hablar esa lengua no es más que una injerencia "en la vida de la gente". También le ha acusado de convertir la Generalitat en un "infierno fiscal" en el que había "falta de libertad". Unas afirmaciones con las que se presenta como el salvador de la región, a pesar de que su mandato quede marcado por las 228 muertes que se produjeron en octubre. Un tema del que ha evitado hablar en este acto.

Jugando al despiste

Carlos Mazón evita decir en qué actos va a participar para evitar que los abucheos hacia su persona marquen todos sus eventos. Ya que, allá donde va, se encuentra un grupo de personas que no dudan en reprocharle y gritarle por su nefasta gestión del temporal.

El president de la Generalitat quiere evitar a toda costa episodios de protestas contra él, como el que vivió durante la toma de posesión del rector de la Universitat Politècnica de Valencia (UPV), cuando un centenar de estudiantes se concentraron para exigir su dimisión.

También que le llamen "asesino" o "sinvergüenza", tal y como ha sucedido en ocasiones anteriores; o que pidan a gritos su ingreso en prisión.