La exalcaldesa de Madrid Manuela Carmena, Medalla de Honor de la ciudad, ha invocado a la necesidad de recuperar la escucha, "esencia de la democracia", y dejar de lado en el debate político "el insulto y la descalificación".

Carmena, con una mascarilla de lunares, estampado clásico en su vestimenta, ha recogido el reconocimiento de manos de su sucesor, José Luis Martínez-Almeida, agradeciendo la medalla al alcalde, a la vicealcaldesa, Begoña Villacís, y a la Corporación. "¿Cómo no?", ha preguntado retóricamente a Villacís cuando la vicealcaldesa ha agradecido a los premiados que hayan recogido las medallas.

Es un reconocimiento que le ha entregado "un equipo con una visión, una ideología y un partido diferente" y que eso no es obstáculo para no recogerlo. "¿Cómo no voy a aceptar algo que no puede ser más que un gesto de encuentro, de reconocimiento, de acuerdo? Sobre todo en este momento que vivimos en una inútil y desaprovechada confrontación en el debate político", ha planteado la exedil.

La entrega de las Medallas de Honor de la ciudad es un "gesto esencialmente institucional" debatido en el Pleno de Cibeles aunque entiende que "es lógico que a veces se mezclen realidades distintas", la figura de la Alcaldía y el Gobierno. Carmena se refería de manera velada a la postura de Vox, que en el Pleno se abstuvo por su rechazo a la medalla a Carmena.

Ese rechazo, esta vez dirigido a otra premiada, la exalcaldesa Ana Botella, fue manifestado por los cuatro concejales reunidos en torno a la estrategia Recupera Madrid y que se autodenominan 'manuelistas'.

El grupo municipal de Más Madrid, con Rita Maestre a la cabeza, votó a favor de todas las medallas, siguiendo la postura hoy defendida por Carmena, porque "el pluralismo es lo que diferencia la institución del partido".

Cuidar es un "gesto femenino"

"Cuando nos hacéis este reconocimiento a Ana (Botella) y a mí no lo hacéis por los gobiernos sino por reforzar en las instituciones lo que las hace permanentes", ha remarcado Carmena, que ha llamado a "cuidar la democracia" poniendo el acento en que "cuidar es un gesto femenino y que se reclama hoy por todas las partes, desde el Vaticano al movimiento feminista y toda la teorización social".

Manuela Carmena, fiel a su espíritu mostrado durante toda la legislatura anterior, ha invocado a emplear el condicional para "olvidar para siempre un debate político basado en el insulto, la injusticia o la descalificación". "¿No sería bueno esforzarnos en tener estos reconocimientos día a día?", ha planteado.

Y lo ha hecho pidiendo un "milagro civil" al patrón de Madrid, "sencillo, de manos enrojecidas, de alpargatas", "tener un debate político distinto donde reine lo esencial en la democracia, escuchar".