En la Fiscalía Anticorrupción Bárcenas soltó otra más de su larga lista de mentiras. Según publica ‘El País’, el extesorero del PP le dijo al fiscal que Miguel Crisantemo avalaba la legalidad de los sobresueldos a altos cargos del partido. Pero con ese nombre no figura ningún abogado colegiado en ejercicio.
Tampoco en el PP conocen ni al supuesto abogado ni el supuesto informe. Es otra pata que cojea en los argumentos de Bárcenas.
Con operaciones inmobiliarias, de arte o de trading trató de justificar ante el juez que ganó más de medio millón de euros en comercio de arte. Para ello se ha llegado a inventar hasta a una falsa marchante, Isabel Mackinlay. Otra coartada que se le ha venido abajo al extesorero.
Lo cierto es que las excusas de Bárcenas se van desmoronando. Igual que se diluyó su excusa más famosa para negar la autoría de los papeles de la contabilidad B del PP: “La letra no es mía”. Eso juraba y perjuraba Bárcenas. Tan seguro estaba que se sometió a una prueba caligráfica y también ahí intentó mentir forzando su letra. Fracasó, porque los peritos comprobaron otros documentos y concluyeron que los papeles de Bárcenas, sí, eran de Bárcenas.
“Sólo voy a Suiza a esquiar”, otra mentira sostenida desde su entorno. Aesquiar, sí, pero también a mover dinero. Hasta 38 millones, le dijo al juez que tenía. Los últimos 25 se acaban de descubrir en el banco Lombard Odier. Sobre ellos tendrán que dar explicaciones Bárcenas y su mujer ante el juez Pablo Ruz la semana que viene.