Anna Gabriel lleva semanas en Ginebra y desde allí ha pedido seguir luchando: "La persecución política al independentismo toma nuevas formas y abarca nuevos espacios y no podemos olvidar a ninguna de las personas represaliadas". Investigada por rebelión en la causa del 1-O, la exdiputada de la CUP está citada en el Supremo este miércoles pero Gabriel estaría barajando no acudir a su cita con el juez Pablo Llarena.

La CUP ni lo confirma ni lo desmiente, se limita a explicar que está en Suiza para preparar su estrategia de defensa: "En el marco de la preparación de la campaña antirepresiva, así como en la estrategia de defensa ante la causa general que se instruye desde el Tribunal Supremo, consideramos absolutamente central la dimensión internacional que podamos contribuir a darle".

Allí está siendo asesorada, como ha avanzado 'El Periódico', por un abogado suizo, de perfil similar al abogado de Puigdemont en Bruselas, y conocido por haber llevado casos de extradición de colaboradores de ETA.

El pasado miércoles ya evitó pisar el Alto Tribunal al solicitar la suspensión de su declaración. Entonces sí se presentó su compañera de partido, Mireia Boya que contaba que "llevaba una bolsita con dos mudas por si dormía en la cárcel". Boya, que ha enviado su apoyo a Anna Gabriel vía Twitter, aseguraba que si la volvieran llamar a declarar, también se plantearía si acudir o no.

Será el martes, un día antes de su citación en el Supremo, cuando Gabriel informe de la estrategia que seguirá. De decidir quedarse en Ginebra, Llarena podría emitir contra ella una orden de detención.

El país helvético tiene firmado un tratado de extradición con España, pero una hipotética entrega podría alargarse. En su Código Penal, Suiza no tiene tipificados los delitos de sedición ni de rebelión aunque sí contempla "delitos contra el Estado". Entre ellos, recurrir a la violencia para cambiar la Constitución o para separar parte de un territorio.