Poderío armamentístico
Xi, junto a Putin y Kim, exhibe el músculo militar de China y lanza un mensaje al mundo con su gran desfile
Los detalles Cazas, misiles hipersónicos, cabezas nucleares... y miles y miles de tropas marchando al unísono. El gigante asiático hace alarde de su poder militar y armamentístico, con su líder rodeado por Vladímir Putin y Kim Jong-un.

Resumen IA supervisado
El líder chino Xi Jinping ha presidido un imponente desfile militar en la plaza de Tiananmén, en Pekín, acompañado por Vladímir Putin y Kim Jong-un, con el que ha dejado claros al mundo el poderío militar de China y sus alianzas estratégicas. Conmemorando el fin de la Segunda Guerra Mundial, el evento comenzó con 80 cañonazos, seguido de un discurso de Xi que envió claros mensajes a Estados Unidos. El desfile mostró un vasto arsenal, incluyendo misiles hipersónicos y cabezas nucleares, y contó con la presencia de líderes internacionales, muchos de ellos cuestionados por violaciones de derechos humanos, subrayando la postura desafiante de China en el escenario global.
* Resumen supervisado por periodistas.
Flanqueado por Vladímir Putin y Kim Jong-un. Así es como el líder chino, Xi Jinping, ha hecho alarde este miércoles del poderío militar del gigante asiático con el imponente desfile que ha presidido en la plaza de Tiananmén en Pekín. Una parada militar con la que, más allá de conmemorar el final de la Segunda Guerra Mundial, buscaba lanzar varios mensajes al mundo, ante el que, además de exhibir músculo armamentístico, ha dejado claras sus alianzas.
El desfile comenzaba con una salva de 80 cañonazos -uno por cada año transcurrido desde la rendición de Japón en 1945-, antes del izado de la bandera y el discurso de Xi, que lanzó varios recados a Estados Unidos. "Solo cuando unas naciones tratan a otras naciones como iguales, la paz reina", advertía el mandatario chino.
Desde la tribuna, Xi, en el centro, con el presidente ruso sentado a su derecha y el líder norcoreano a su izquierda -otro mensaje más que cristalino-, presidió un desfile coreografiado al milímetro y eterno, en el que sus fuerzas armadas mostraron decenas de sistemas de armas diferentes, uno tras otro, incluyendo misiles hipersónicos y cabezas nucleares.
Al desfile del Ejército de Tierra y de parte la Marina le siguieron formaciones aéreas con naves de todo tipo: cazas, bombarderos pesados, aviones de transporte, AWACS... antes de que millares de globos de colores sobrevolaran la plaza, poniendo fin a la ceremonia.
Un despliegue, con una escenografía digna de Hollywood, con el que Pekín presume de armamento -y lanza un aviso al resto del planeta-, y de aliados, porque Xi ha estado acompañado de una veintena de líderes internacionales. Y la mayoría, señalados por vulnerar los derechos humanos. El presidente chino, además, eligió rodearse de Putin y Kim, dos líderes autoritarios con los que comparte la animadversión hacia Estados Unidos.