Nueva provocación de Israel

Los ultranacionalistas israelíes celebran el Día de Jesusalén con gritos de "muerte a los árabes" y decenas de agresiones a palestinos

Los detalles
El ministro de Seguridad Nacional de Israel, Itamar Ben-Gvir, ha acudido a rezar a la mezquita de Al-Aqsa, el tercer lugar más sagrado del Islam y donde solo los musulmanes pueden orar, para pedir la "victoria" israelí en Gaza.

El ministro de Seguridad israelí, Itamar Ben-Gvir, durante la celebración del Día de Jerusalén
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"Muerte a los árabes" y "que arda su pueblo". Son las vergonzosas consignas que los ultranacionalistas israelíes han cantado este lunes en el Día de Jerusalén, la celebración de la ocupación del este de la ciudad en la Guerra de los Seis Días, en 1967, en la que el Estado judío violó las resoluciones de la ONU comenzando su política hostil hacia Palestina.

Los manifestantes han recorrido las calles de la ciudad increpando e insultando a los palestinos que se encontraban a su paso. De hecho, han agredido a quienes intentaban mediar para rebajar la tensión e incluso, en un acto de desprecio absoluto, han hecho barricadas con cubos de basura en la puerta de las casas de algunos de los ciudadanos palestinos que residen en Jerusalén.

Unas faltas de respeto tan flagrantes como la que conmemoran contra la legislación internacional, ya que esta celebración rememora la violación de las normas impuestas por las Naciones Unidas para la solución de los dos Estados.

Una invasión ilegal que, igual que la que está llevando a cabo Israel en Gaza desde 2023, ha sido defendida por su primer ministro, Benjamin Netanyahu. "Es el corazón de la nación, no permitiremos que nadie nos quite Jerusalén de las manos", ha asegurado el mandatario.

En esa manifestación han estado los miembros más radicales del Gobierno de Netanyahu, como el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, o el de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, al que se le ha podido ver bailando y agitando a los manifestantes mientras se gritaban proclamas pidiendo la destrucción de Gaza. De hecho, el propio Ben-Gvir ha aprovechado para fotografiarse en la mezquita de Al-Aqsa, el tercer lugar más sagrado del Islam y donde solo los musulmanes pueden rezar.

"Estamos aquí rezando por la seguridad de los rehenes, para que todos vuelvan a casa sanos y salvos, por la victoria en la guerra", ha dicho el ultra en un abominable acto de provocación en un templo construido por y para los palestinos, poniendo el broche final a un día que, lejos de buscar los valores de respeto y convivencia entre los pueblos, se emplea cada año para humillar y agredir a la población palestina que vive en Jerusalén.