"Creo en Reino Unido a pesar de la tormenta. Sé que los días más brillantes están por venir", ha sentenciado Liz Truss tras 45 días como 'premier'. Son sus últimas palabras como primera ministra del Reino Unido frente al número 10 de Downing Street antes de viajar al Palacio de Buckingham para tener una audiencia con el rey Carlos III, a quien le presentará de forma oficial su renuncia.

"Ha sido un gran honor ser primera ministra de este gran país, en particular para liderar a la nación, para llorar el fallecimiento de la reina Isabel tras 70 años de servicio, y permitir y proporcionar el acceso al trono de su majestad el rey Carlos", ha comenzado.

"Durante un corto periodo de tiempo, este Gobierno ha actuado de forma urgente y decidida por las familias y los negocios. Hemos ayudado a millones de casas y negocios para evitar que acaben de la bancarrota", ha seguido. "Estoy más convencida que nunca de que necesitamos ser valientes para afrontar los retos", ha añadido a la vez que ha insistido de nuevo en que hay que bajar impuestos. "Hay que bajar los impuestos para que las personas puedan ahorrar y dar mayor seguridad con los salarios", ha señalado.

En cuanto a la situación geopolítica, Truss ha defendido que "debemos combatir a los régimenes autocráticos. Ucrania debe prevalecer por encima de todo".

También ha tenido palabras para su sucesor. "Le deseo lo mejor a Rishi Sunak", ha expresado a la vez que ha agradecido el trabajo de todo su equipo y compañeros de partido. "Creo en Reino Unido a pesar de la tormenta. Sé que los días más brillantes están por venir", ha sentenciado.

Tras la comparecencia de Trus, Sunak se ha dirigido al Palacio de Buckingham, donde ha recibido el encargo del rey Carlos III de formar gobierno. Ya ante las puertas de Downing Street,Sunak ha anunciado que tomará "decisiones difíciles" para asegurar la estabilidad de la economía y recuperar la confianza de los inversores en el país.

Sunak, que fue derrotado hace mes y medio en las elecciones internas de los 'tories' por Liz Truss y que ha sido ahora la figura de consenso para intentar coser al partido, ha reconocido el "intento bastante noble" de su predecesora de intentar poner orden en la economía británica, pero ha reconocido que se "cometieron errores". "No se trata de malas intenciones, es todo lo contrario. Pero los errores están ahí", ha señalado.