Una peculiar justificación

Trump se tapa con maquillaje los moratones y la Casa Blanca lo achaca a los apretones de manos

Entre líneas Saludos que son firmes, fuertes e intensos que simbolizan la dominancia y la fortaleza. En definitiva, una continua pugna por el poder sacada a colación constantemente, y que ahora dicen le ha pasado factura.

Trump se tapa con maquillaje los moratones y la Casa Blanca lo achaca a los apretones de manos

Ese manchurrón de maquillaje en la mano del presidente de Estados Unidos (EEUU), Donald Trump, que se ven en las imágenes sobre estas líneas ha desatado las dudas sobre el estado de salud del republicano. Durante todo el verano, se ha esforzado en tapar los moratones en sus manos, que la Casa Blanca justifica en los numerosos saludos en actos públicos. Así, descartan cualquier problema más allá de la insuficiencia venosa crónica que le detectaron en junio.

Unos apretones que son firmes, fuertes e intensos. Todos símbolos de la dominancia y de la fortaleza. Una continua pugna por el poder que, una y otra vez, el presidente norteamericano saca a colación. Ahora, dicen, que está pagando el precio. "Fotos recientes del presidente han mostrado unos mínimos hematomas en el reverso de su mano. Se trata de una irritación menor, debido a los frecuentes apretones de manos y el uso de la aspirina", aseguraba la portavoz Karoline Leavitt el pasado 17 de julio.

Trump es, a ojos de la portavoz de la Casa Blanca, un hombre "del pueblo" que estrecha manos con cualquiera. Hasta el punto de ser el presidente, asegura, que más apretones ha dado. Sin haber podido confirmar este extremo, lo que está claro es que el maquillaje denso y poco disimulado vuelve a ser el foco de la atención. Ahora, en su mano.

Por eso, de forma esquiva, mantiene su dominante resguardada y lejos de miradas indiscretas que alimentan rumores. Muy a su pesar, porque si hay algo que lo define es su gestualidad. En definitiva, cualquier cosa con tal de evitar que se hable de ello, porque esta no es la primera vez, ni parece que la última.

Todo, después de las reiteradas pullas hacia su predecesor, el demócrata Joe Biden, respecto a su salud al que criticaba de forma constante por ser "una persona muy vieja" para el cargo. Precisamente Trump se preocupó mucho por no dar la misma imagen, pero los 79 años pasan factura a cualquiera.

De hecho, las encuestas ya indican que los estadounidenses sienten que el republicano no está siendo transparente sobre su estado de salud, porque una imagen vale más que mil palabras, por mucho que se empeñe en cambiar la narrativa.