Dos criterios distintos ante dos masacres
¿Por qué Israel sí y Rusia no? La hipocresía del mundo del deporte permite a Netanyahu blanquear el genocidio en Gaza
El contexto En 2022, tras la invasión de Ucrania, los deportistas y equipos rusos fueron expulsados hasta que Vladímir Putin retirase sus tropas del país vecino. Sin embargo, los representantes de Israel siguen participando en competiciones internacionales con normalidad.

Resumen IA supervisado
El rechazo a Israel en el ámbito deportivo y cultural es cada vez más evidente debido a las acciones en Gaza. Los aficionados se oponen al uso del deporte como herramienta para mejorar la imagen de un Estado acusado de cometer una masacre. A pesar de ello, organismos como FIFA, UEFA y la Unión Ciclista Internacional permiten la participación de Israel en competiciones, a diferencia de la sanción impuesta a Rusia tras la invasión de Ucrania. En el ámbito cultural, Israel sigue presente en eventos como Eurovisión, mientras que la representación rusa ha desaparecido. Sin embargo, algunos países, como Eslovenia, comienzan a expresar su descontento y podrían tomar medidas en futuras ediciones.
* Resumen supervisado por periodistas.
El rechazo de Israel es ya un clamor en el mundo del deporte. Las protestas contra el genocidio en Gaza y los boicots al equipo israelí en La Vuelta han demostrado que cada vez más los aficionados que no están dispuestos a que se utilice el deporte como arma de blanqueo de un Estado que está cometiendo una masacre sin precedentes en lo que va de siglo.
Israel, igual que hacen otros regímenes políticos que violan los Derechos Humanos, utiliza el deporte para proyectar una imagen de país abierto y ejemplar. Y lo hace porque los organismos internacionales se lo permiten y se niegan a expulsar a sus equipos de las grandes competiciones.
FIFA, UEFA, FIBA y Unión Ciclista Internacional son algunas de las organizaciones supranacionales que están permitiendo que los representantes de Israel participen en sus torneos como si nada hubiera pasado. Son las mismas instituciones que en 2022, tras la invasión de Ucrania, expulsaron a los equipos y atletas rusos hasta que Vladímir Putin retirase sus tropas del país vecino.
El veto a Rusia sigue vigente, y los pocos atletas que compiten en certámenes internacionales lo hacen con bandera neutral. No hay ni rastro de los colores blanco, azul y rojo de la bandera rusa desde hace más de tres años.
La cultura tampoco actúa
Si el mundo del deporte no toma medidas contra Israel, tampoco lo hace la cultura. Al igual que sucede en los estadios, desde hace tres años no hay ni rastro de representación rusa en los teatros y auditorios, pero sigue habiendo artistas israelíes.
Buena prueba de ello es el Festival de Eurovisión, en el que Israel sigue participando con total normalidad. De hecho, en la última edición la organización adelantó sanciones para aquellas televisiones cuyos comentaristas hiciesen comentarios acerca del genocidio durante la actuación de la representante del país hebreo.
Sin embargo, la situación podría cambiar de cara a 2026. Algunos países están empezando a mostrar su rechazo al blanqueamiento del certamen musical más importante del mundo para blanquear la masacre en Gaza. Eslovenia ha sido quien, por el momento, ha ido más allá, asegurando que su representante abandonará la competición si Israel vuelve a participar.