Ucrania se prepara ya para una larga guerra de desgaste ante la incapacidad rusa de lograr sus objetivos militares en los primeros once meses de campaña, a la espera del espaldarazo esta semana de la OTAN, cuyos miembros han prometido a Kyiv carros de combate.

"Los preparativos por parte de Rusia para una guerra prolongada significan la comprensión del enemigo de que su plan de conquista rápida de Ucrania no es realizable. Por eso, (el presidente ruso, Vladímir) Putin ahora valora una larga guerra de desgaste", ha informado la inteligencia militar ucraniana.

Kyiv cree que la batalla de Soledar, localidad de Donetsk asaltada hace unos días por las tropas rusas después de varios meses de ofensiva, es un ejemplo de esa nueva estrategia rusa.

Mientras, los socios europeos se preparan ante la posibilidad de que la guerra derive en un conflicto a gran escala. Así lo cree el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, quien ha instado al Gobierno alemán a suministrar todo tipo de armamento a Ucrania.

"La derrota de Ucrania podría convertirse en el preludio de la Tercera Guerra Mundial. Por lo tanto, hoy no hay ninguna razón para bloquear el apoyo a Kyiv y retrasarlo indefinidamente. Pido al Gobierno alemán que actúe con decisión y suministre todo tipo de armamento a Ucrania", ha aseverado en las últimas horas.

Morawiecki ha recordado que "los ucranianos no sólo luchan por su libertad, sino también por defender Europa" y ha calificado las relaciones con Rusia de "pacto con el diablo".

Soledar, el primer paso

El portavoz de la Inteligencia ucraniana, Andréi Yúsov, ha explicado que Rusia está diseñando una "economía de guerra" e intentando concienciar a sus ciudadanos de que el conflicto va para largo.

En cambio, ha subrayado, tanto Ucrania como las potencias occidentales no están interesados en que las acciones militares se alarguen. De hecho, Kyiv busca en 2023 una victoria o, al menos, un punto de inflexión en el campo de batalla.

Tras la retirada, primero de la región oriental de Járkiv y después de la sureña Jersón, las tropas rusas se han dedicado a fortificar sus posiciones ante el temor a una nueva ofensiva ucraniana contra los territorios anexionados por el Kremlin.

En esta estrategia de ganar tiempo hasta que los reservistas movilizados puedan combatir es crucial el papel de la compañía militar privada Wagner, que fue la que tomó Soledar con pequeñas unidades de asalto y la inestimable ayuda de presidiarios.

Aunque Kiev asegura que sus tropas siguen resistiendo en esa localidad, Wagner ha informado de que, tras la victoria en Soledar, avanza ahora hacia el importante baluarte ucraniano de Bajmut.

Ucrania, invitada a la OTAN

El Grupo de Contacto para la Defensa de Ucrania se reúne el viernes en la base aérea de Ramstein (Alemania) presidido por el Secretario de Defensa de EEUU, Lloyd Austin. El principal invitado es el ministro de Defensa ucraniano, Oleksii Réznikov, quien se reunirá con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.

Kyiv necesita varios cientos de tanques y carros de combate para recuperar los territorios ocupados. Después de EEUU (50 Bradley), Alemania (40 Marder) y Francia (AMX-10 RC), el Reino Unido también prometió el fin de semana 14 tanques Challenger 2.

Alemania es la más criticada por el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, y sus aliados por su reticencia a suministrar el tanque europeo por excelencia, el Leopard. En medio de la controversia, la ministra alemana de Defensa, Christine Lambrecht, anunció este lunes su dimisión. Precisamente, una de las tareas de su sucesor será decidir sobre el envío a Ucrania de esos tanques después de que Berlín ya entregara a Kiev los carros de combate Gepard y Marder.

Por de pronto, soldados ucranianos han comenzado a entrenarse en territorio de EEUU, concretamente en Oklahoma, en el uso de las baterías antiaéreas Patriot que Washington ha prometido enviar a Ucrania.

Advertencias del Kremlin

El líder ruso ha criticado este lunes en conversación telefónica con su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, el suministro de armamento pesado a Ucrania.

"Putin llamó la atención sobre la línea destructiva del régimen de Kyiv, que apuesta por la intensificación de las hostilidades con el apoyo de patrocinadores occidentales que aumentan los suministros de armas y equipos militares", ha informado el Kremlin.

Este mismo lunes, el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, advirtió de que los tanques británicos Challenger 2 "arderán como el resto" del armamento occidental. El Kremlin agregó que los nuevos suministros de armas a Ucrania no serán capaces de influir "en la situación sobre el terreno" y "pueden solo alargar la historia y causar mayores males al Estado ucraniano".

Ucrania, que ha estado utilizando tanques T-72 durante décadas, ha recibido más de 230 tanques soviéticos modernizados de Polonia y República Checa, pero aún no ha recibido carros de combate occidentales.