Situación límite

La población de Gaza muere de hambre... y de sed: la poca que encuentran está contaminada

El dato Según la ONU, cada persona necesita 15 litros al día; para lavar, comer y cocinar. Sin embargo, allí no llegan ni a los cinco litros y esa falta de agua agrava aún más la supervivencia en la Franja.

Sin agua y sin piedad en Gaza.
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Ante la imperiosa necesidad de beber en la Franja de Gaza, cualquier gota alivia la sed, ya sea bajo el motor de un camión, en los desagües o incluso en los charcos.

El ejército ha destruido el 80% de la infraestructura hídrica de la Franja, desde las tuberías que suministraban agua potable desde Israel antes del bloqueo, hasta los camiones cisterna, las plantas desalinizadoras y los tanques, que los soldados israelíes agujerean constantemente.

Enfermedades como la diarrea o la hepatitis han aumentado casi un 150%. Prácticamente toda el agua está contaminada por los productos químicos que surgen de las pilas de escombros o de las 250.000 toneladas de basura que obstaculizan las calles.

Lo poco que consiguen lo obtienen generalmente los niños tras largas caminatas con los bidones y proviene de acuíferos subterráneos de agua salobre, también contaminados.

Según la ONU, lo mínimo que requiere una persona en situación de emergencia son 15 litros de agua al día, para lavar, comer y cocinar. Sin embargo, el promedio en Gaza ronda entre los tres y cinco litros. Al otro lado, un israelí consume de media 247 litros al día.

Por si eso no fuera suficiente, esta cruel diferencia se ha convertido en motivo de mofa y alarde en redes sociales. Un desprecio a la vida humana a través de algo tan básico como el agua.