Tras las críticas internas
Trump aparta a Waltz como asesor de Seguridad Nacional tras el escándalo del 'Signalgate'
¿Por qué es importante? La salida de Waltz y de su adjunto, Alex Wong, supone la primera gran remodelación de la Administración de Trump, aunque ha nombrado a Waltz embajador de EEUU ante la ONU. Para sustituirlo, el secretario de Estado, Marco Rubio, ocupará y compaginará ambos cargos.

Resumen IA supervisado
En los primeros 100 días de la presidencia de Donald Trump, se produce un cambio significativo en su Administración. Mike Waltz, asesor de Seguridad Nacional, y su adjunto Alex Wong, dejarán sus puestos. Marco Rubio, actual secretario de Estado, asumirá ambos roles. Waltz, sin embargo, seguirá vinculado al gobierno como embajador de Estados Unidos ante la ONU. Este cambio sigue al escándalo 'Signalgate', donde Waltz fue criticado por la filtración de información confidencial. En un chat de Signal, Pete Hegseth, secretario de Defensa, compartió datos sensibles sobre ataques en Yemen. Los demócratas han recibido este cambio con satisfacción.
* Resumen supervisado por periodistas.
Cuando se cumplen los primeros 100 días de gobierno de Donald Trump, como presidente de Estados Unidos, llega la primera gran remodelación en su Administración. Tanto su asesor de Seguridad Nacional, Mike Waltz, como el adjunto de este, Alex Wong, dejarán sus cargos actuales de responsabilidad. En otras palabras, dos de los hombres que formaban parte del círculo de confianza de Trump, dejan su Gobierno. Para sustituirlo, el secretario de Estado, Marco Rubio, ocupará y compaginará ambos cargos.
Eso sí, al menos Waltz seguirá teniendo relación con Trump y su mandato. Según ha anunciado el presidente en su propia red social, su hombre de confianza no quedará en el ostracismo, pues lo ha nombrado embajador de EEUU ante la ONU. Y es que, para Trump, Waltz "ha trabajado duro" en defensa de los intereses nacionales y tiene claro que "seguirá haciendo lo mismo en su nuevo papel".

Este anuncio llega después de que estallara la polémica del caso 'Signalgate', dónde Waltz, exlegislador republicano de Florida y de 51 años, recibió duras críticas dentro de la Casa Blanca. Hay que recordar que, como jefe del Pentágono, se vio involucrado en el escándalo. Todo empezó con un chat de Signal entre los principales asesores de seguridad nacional de Trump.
En él, el secretario de Defensa de Trump, Pete Hegseth, compartió información confidencial sobre los ataques de EEUU sobre los hutíes en Yemen, poniendo en peligro la seguridad nacional del país y de los soldados desplegados en el extranjero. Dicha información, la compartió con su mujer Jennifer, exproductora de Fox News; su hermano y su abogado, ambos con cargos de responsabilidad en Defensa. Lo que no controló, es que en ese mismo grupo se había añadido por error, o eso explicó, a un periodista de la revista The Atlantic que hizo público lo que allí se escribía.
Primer gran cambio en la Administración Trump
El asesor de Seguridad Nacional desempeña un papel importante, pero no requiere la confirmación del Senado. Por eso, ya hay sustituto para Waltz. Nada más y nada menos que Marco Rubio, el actual secretario de Estado, que compatibilizará ambas funciones.
El Consejo de Seguridad Nacional de los Estados Unidos es el principal organismo utilizado por los presidentes para coordinar la estrategia de seguridad, y su personal suele tomar decisiones clave sobre el enfoque del país en los conflictos más volátiles del mundo.
El 'Signalgate' estalló en mediados de marzo y, en un primer momento, Waltz recibió el apoyo de la Casa Blanca. Después, comenzaron las presiones. Este jueves 1 de mayo, tras tiempo aguantando críticas internas, Mike Waltz deja de ser el jefe del Pentágono o, lo que es lo mismo, su cargo como asesor de Seguridad Nacional. Por el momento, no está claro quién tendrá el honor de sustituirle, quién será el nuevo elegido por Trump.
El adjunto de Waltz, Alex Wong, que también deja su cargo, es un experto en Asia que fue funcionario del Departamento de Estado centrado en Corea del Norte, durante el primer mandato de Trump.
Por ello, nada más conocerse este cambio en el Gobierno de Trump, los demócratas no han tardado en celebrarlo con un: "Ya era hora", en boca de Adam Schiff.