Más de 2.500 niños acabaron solos y entre rejas. Hasta que no se publicaron los audios de los niños separados de sus padres, Trump no puso fin a la separación de las familias en la frontera.

Fue un juez el que le obligó a volver a reunir a todos los niños con sus padres en el plazo de un mes pero no ha cumplido: uno de cada tres sigue bajo custodia del gobierno. La mayoría porque sus padres fueron deportados como es el caso de Melvin: "Me dijeron que iba a ser expulsado de Estados Unidos y no podría entrar en 20 años a ver cuando puedo ver a mi hija".

Ahora el juez exige al gobierno que se centre en encontrar a esos padres que fueron deportados. En estos casos la reunificación se complica mucho. En el caso de Johan, un bebé, fueron cinco meses de angustia. "Hemos sufrido mucho", afirma su madre. Su padre fue deportado sin él: "Me dijeron: el niño no te lo vamos a dar. El niño va con nosotros para un albergue".

Cuando consiguieron recuperarle el pequeño no les reconocía y con apenas un año de vida, Johan tuvo que comparecer ante un juez pero no es el único.

Lo denunciaba una ONG con una recreación de menores, a veces bebés, sentados en el banquillo de un tribunal migratorio y en muchos casos, ni siquiera tenían abogado. Más de 700 siguen esperando a reunirse con sus padres.