Ventajas y desventajas
El auge de las máquinas de autocobro: "Se nota que se va poniendo en todas las tiendas"
Sí, pero... Su implementación también preocupa dada su compleja adaptabilidad a las personas mayores o con algún tipo de discapacidad o el riesgo que puede suponer para la continuidad de los trabajadores.

Resumen IA supervisado
Las máquinas de autocobro, inicialmente una novedad, se están convirtiendo en algo común en diversos establecimientos, especialmente en supermercados, pero también en gasolineras, tiendas de muebles, bricolaje y ropa. Esta tendencia ha sido acelerada por la pandemia, que ha modificado los hábitos de consumo y fomentado el pago con tarjeta, lo que ha impulsado el desarrollo de estos sistemas. Las empresas valoran su agilidad y ahorro de tiempo, aunque combinan con atención personal. Sin embargo, presentan retos de accesibilidad para personas mayores o con discapacidades y generan inquietudes sobre la pérdida de empleos y el aumento de funciones para los trabajadores. A pesar de ello, los establecimientos tienen libertad para ofrecer estos servicios, siempre que se garantice el pago en efectivo.
* Resumen supervisado por periodistas.
Empezó siendo una novedad, pero se está convirtiendo en algo común. Las máquinas de autocobro están en auge y cada vez más establecimientos apuestan por colocarlas como sistema de pago.
"Sí, se nota que se va poniendo en todas las tiendas poco a poco", comenta una persona. Generalmente están en los supermercados, los lugares en los que más se han implementado, pero cada vez están más presentes en gasolineras, tiendas de muebles, de bricolaje y de ropa.
Una incorporación de los autopagos que se ha visto acelerada por la pandemia. "Ha influido en los hábitos de los consumidores, en el pago y generalización del pago con tarjeta y como consecuencia de ello se han desarrollado los sistemas de autocobro", comenta Enrique García, portavoz de la OCU.
Un sistema de pago que las empresas defienden por agilidad y ahorro de tiempo al cliente, que se suele complementar con la atención personal de toda la vida.
Eso sí, puede generar ciertos retos. No resulta siempre del todo accesibles para las personas mayores o con algún tipo de discapacidad. Y, sobre todo, genera ciertas dudas sobre la continuidad de los trabajadores. "Se van a destruir puestos de trabajo, y por otro, le supone a la trabajadora, porque generalmente son mujeres, un aumento de funciones, hace las funciones de vigilante", explica la portavoz de Comercio de UGT, Paqui Asensio.
Sea como sea, recuerdan que "en principio no es ilegal porque cada establecimiento tiene la libertad de cómo da el servicio, siempre y cuando garanticen que los consumidores pueden pagar en efectivo". Esa es la clave, porque la decisión siempre es del cliente.