Israel mata a al menos a 21 personas en las últimas horas pese al pronóstico de un próximo alto el fuego de Trump

Donald Trump ha pronosticado que un alto el fuego en Gaza llegará la próxima semana. No ha dado más detalles al respecto de cómo se alcanzará el acuerdo, pero los últimos movimientos de Israel no invitan a pensar que el Gobierno de Benjamin Netanyahu esté cerca de pactar el cese de las hostilidades.

"Acabo de hablar con algunas de las personas involucradas y la situación es terrible. Creemos que en la próxima semana lograremos un alto el fuego", aseguraba este viernes el presidente republicano. Unas palabras que podrían invitar al optimismo si no llega a ser por un nuevo bombardeo israelí a civiles en la Franja.

Este sábado, la Ejército israelí ha matado a al menos 21 personas. Las imágenes de los palestinos son de pura desesperación, con decenas de personas cavando con sus propias manos en la arena para tratar de rescatar a sus familiares que minutos antes tenían al lado y ahora están sepultados junto con 15 tiendas de campaña.

Porque este último ataque israelí se ha producido en una zona de refugiados en Ciudad de Gaza, aprovechando el abandono internacional para seguir con sus ataques a la población gazatí. El resultado de sus intentos de rescate es sacar solo cadáveres, algunos de niños que dormían cuando se produjo la ofensiva.

Mientras tanto, los disparos se siguen produciendo en los puntos de distribución de ayuda humanitaria. Israel ha abierto una investigación después de que varios soldados reconocieran haber recibido órdenes de disparar a pesar de no haber peligro. "Esto se ha vuelto rutina. Sabes que está mal. Sientes que está mal, que los comandantes aquí se están tomando la justicia por su mano. Pero Gaza es un mundo paralelo", asegura un soldado israelí en una declaración recogida por el medio Haaretz.

Y, entre los pocos que sí consiguen evitar las balas y llevarse un saco de harina, algunos denuncian que en su interior hay pastillas de oxicodona, un opioide muy adictivo que provoca un efecto sedante.

Gaza, extenuada, advierte de la falta de comida. El número de niños que han muerto por desnutrición ha ascendido a 66. El último ha sido Ahmad, de dos meses, que sin la fórmula infantil se ha convertido en una víctima más del genocidio en Gaza que parece no tener fin.