Varias marchas de miles de personas desembocaron de nuevo en la plaza de Taksim en Estambul, epicentro de las revueltas que desde hace dos semanas sacuden Turquía, y desalojada este martes por la policía en una operación que duró 24 horas.

La plaza, que durante once días estuvo en manos de los manifestantes y rodeada de barricadas, quedó la madrugada del lunes limpia de puestos informativos, tenderetes y pancartas, pero se ha llenado de nuevo de manifestantes que exigían la dimisión del Gobierno. "La lucha vuelve a empezar", fue uno de los gritos coreados entre quienes no se dieron por vencido por la intervención policial.

Desafiaron así la advertencia de mano dura del primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, que hoy aseguró que había dado órdenes a Interior para acabar con todo en 24 horas. Los agentes antidisturbios, situados desde ayer en la plaza con el apoyo de varios blindados, empezaron a formar en respuesta y los manifestantes se retiraron hacia el adyacente parque Gezi, donde sigue en pie el campamento de protesta erigido hace 12 días.

Miles de jóvenes siguen acampados en el parque y aunque pasaron la noche entera bajo un asedio policial y densas nubes de gas lacrimógeno, hoy han vuelto a limpiar el parque que ya no muestra huellas de la batalla nocturna. El ambiente está tenso en lo que se presagia como otra noche de cargas policiales.

Nadie confía en que la reunión de Erdogan con artistas, intelectuales y delegados de la llamada 'Plataforma Taksim', que se ha producidoy, desemboque en algún consenso. "Nadie de los que están aquí nos representa", aseguró una activista. "Son todas personas elegidas por Erdogan, no es más que un lavado a cara", opinó otra.