Un quinto de toda el agua dulce del planeta está en el Amazonas. Sin embargo, a pesar de que allí se produce la mayor regeneración de agua, siete de cada diez habitantes no tienen acceso a agua potable.
Desde World Vision han lanzado la campaña Iniciativa de la Cuenca Amazónica, centrada en los niños y niñas para asegurar la resiliencia al cambio climático y contribuir a medios de vida sostenibles para los niños y sus familias.
En concreto, tiene como objetivo llegar a 10 millones de niños y niñas en los próximos siete años en seis países que comparten el río Amazonas y sus afluentes: Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela.
Lo cierto es que, actualmente, para poder obtener agua potable, muchas familias deben recorrer largas distancias y, además, tienen que pagarla. De esta forma, suelen pagar tres dólares por galón, casi cuatro litros. Un lujo demasiado caro.
Una situación provocada por las industrias extractoras, que han contaminado el agua sin que existan suficientes sistemas de purificación para revertir la situación. Las comunidades se han visto obligadas a emigrar hacia el interior, donde las condiciones son todavía peores.
"Hay comunidades donde ni siquiera hay un pozo que permita extraer agua potable", explica Mishelle Mitchell, de World Vision Latinoamérica.
Pocos de ellos han visto de cerca un grifo o un simple baño. Por no tener, no tienen ni un sistema de alcantarillado. Al final, casi siete de cada diez comunidades han optado por cocinar con agua contaminada, lo que repercute seriamente en su salud.
"Si no es agua limpia y se consume, puede generar enfermedades bastantes severas. En el caso de los niños puede conducir a la muerte", recalca Mishelle Mitchell. En la cuenca del Amazonas viven 30 millones de personas, diez millones de ellas son niños y niñas, los más vulnerables.