Rosa María Hernández, de nacionalidad mexicana, fue arrestada el pasado 25 de octubre por agentes de la Patrulla Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) en un hospital de Corpus Christi (Texas) en el que fue sometida a una cirugía de emergencia en su vesícula biliar.

"Finalmente, Rosa María es libre. Estamos encantados de que pueda irse a casa para recuperarse con el amor y el apoyo de su familia", expresó en un comunicado Michael Tan, abogado del Proyecto de Derechos de los Inmigrantes de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU).

Tan subrayó que la decisión de la Patrulla Fronteriza de arrestar una niña en un hospital infantil fue "desmesurada", pese al "alivio" que supone su puesta en libertad. De hecho, la ACLU demandó este martes al Gobierno de Trump por haber detenido a la pequeña en un centro médico, un lugar considerado "sensible" bajo la propia política del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en sus siglas en inglés).

"Ningún niño debería pasar por este trauma y estamos trabajando para asegurarnos de que no vuelva a ocurrir", añadió el letrado.