Tres días de intensas labores de rescate acabaron este sábado entre la esperanza por lograr sacar al pequeño Rayan y la tristeza más absoluta cuando la Casa Real de Marruecos confirmó la muerte del pequeño.

Fue el rey Mohamed VI el que llamó a la familia del niño de 5 años para confirmarles la noticia. Tras cuatro días atrapado en un estrecho pozo, Rayan se apagó.

Durante las últimas 48 horas, decenas de personas se congregaron en los alrededores de la zona de rescate para trasladar su apoyo al joven y a su familia, rezando y cantando en busca de un milagro que, finalmente, no se produjo.

El país amanece este domingo en shock y ahora se vuelca en apoyar a una familia destrozada. Es el final de un rescate agónico. Fueron más de 100 las horas que Rayan estuvo atrapado a 32 metros de profundidad en una cavidad de 45 metros cuadrados.

Durante estos días, se logró mantener con vida a Rayan gracias al oxígeno, el agua y el azúcar que le hicieron llegar los servicios de emergencia.

En las últimas imágenes que llegaban, el niño aparecía de espaldas y no se movía, por lo que no se podía confirmar si seguía con vida. En paralelo, se estaba llevando a cabo una compleja operación en la que las autoridades han volcado todos sus esfuerzos, removiendo toneldas de tierra para abrir un túnel y llegar hasta el niño.

Hoy, en la zona reina el silencio. Ya no hay ruido de máquinas. Solo queda una enorme zanja y una herida imposible de cerrar.