Según declara su médico personal, Alberto Zangrillo, Berlusconi sigue el tratamiento por la uveítis (inflamación ocular) que padece, y además está siendo vigilado a nivel cardiológico, debido a las medicinas que está tomando.
Debido a su hospitalización, Berlusconi no acudió a la pasada audiencia del caso Ruby, que fue aplazada y el sábado pasado tampoco se presentó a la vista del juicio en apelación por el caso Mediaset, por el que ha sido condenado a cuatro años de reclusión por fraude fiscal.
Por ello, los abogados de "Il Cavaliere" volvieron a presentar ante los jueces el legítimo impedimento de Berlusconi para aplazar la vista, tras el cual la fiscalía del caso solicitó enviar a los inspectores para verificar si las condiciones de salud del político le impiden acudir al aula.
En su informe, los inspectores ratificaron las dolencias de Berlusconi, pero rechazaron que estas fueran lo suficientemente graves para suponer un legítimo impedimento, por lo que los jueces decidieron proseguir con la audiencia, aunque sin la presencia de Berlusconi.