El número de fallecidos en el naufragio del buque surcoreano Sewol aumentó a 104, tras recuperarse 17 nuevos cuerpos, mientras los buzos siguen tratando de entrar en el comedor del ferri para buscar a los 198 pasajeros que permanecen desaparecidos.
Tras mejorar en la víspera el tiempo y las condiciones del mar, con olas más suaves y una considerable reducción de las corrientes marinas, los buzos continuaron recuperando cuerpos del interior de la nave, en el séptimo día desde el hundimiento del miércoles frente a la costa suroccidental de Corea del Sur. Los cadáveres hallados hasta ahora se encontraban en su mayoría en el tercer y cuarto piso del buque y en la cubierta, donde se cree que quedaron atrapados muchos de los 325 estudiantes de bachillerato que formaban el pasaje, señaló la televisión local Arirang.
Además, los buzos siguen tratando de penetrar en el comedor del ferri, donde se cree que podría haber más cuerpos. Las tareas de los servicios de rescate se centran en estos momentos en la recuperación e identificación de cadáveres, tras abandonarse casi toda esperanza de encontrar supervivientes, siete días después del hundimiento.
Durante los primeros días, trascendentales a la hora de salvar a posibles supervivientes, las operaciones se vieron obstaculizadas por las fuertes corrientes marinas y la escasa visibilidad bajo el agua, condiciones que han mejorado desde ayer y que serán favorables durante esta semana, según las previsiones.
El dispositivo de rescate desplegado en la zona por el Gobierno surcoreano incluye 212 barcos, 34 aviones y 550 trabajadores, mientras más de 5.000 voluntarios se han desplazado a la zona, principalmente para prestar apoyo a los familiares de las víctimas, concentrados en la localidad costera de Jindo.
Del total de 476 pasajeros que viajaban, sólo 174 fueron rescatados, incluyendo al capitán del ferri y la mayoría de la tripulación. El capitán y otros dos tripulantes permanecen detenidos, y son acusados de abandonar el buque sin preocuparse por la seguridad de los pasajeros, y su conducta fue calificada ayer como "una especie de acto de asesinato, que no puede, ni debe ser tolerado" por parte de la presidenta surcoreana, Park Geun-hye. El hundimiento del Sewol, que podría dejar un balance de hasta 302 fallecidos, apunta que será una de las mayores tragedias humanas de la historia de Corea del Sur.