Las altas temperaturas y el calor intenso volverán a notarse en la mayor parte del país desde el lunes durante esta nueva semana de agosto, de acuerdo con la previsión meteorológica.

Zonas del norte peninsular, concretamente en Cantabria -en su parte más oriental- y en el País Vasco llegarán a alcanzar de nuevo temperaturas cercanas a los 40 grados. Será a partir del próximo miércoles. Algo que contrasta con el panorama de los últimos días, donde las nubes e incluso algunas lluvias han hecho acto de presencia.

Mientras tanto, en las áreas de la costa gallega y asturiana van a seguir sin notar el calor extremo. La previsión apunta a que mantendrán las temperaturas por debajo de los 30 grados.

En la tarde de este domingo seguirá haciendo calor en gran parte de la península. Sin embargo, en lugares como Cataluña deben permanecer pendientes ante la posible aparición de nuevas tormentas de verano. Los avisos han bajado de naranjas hasta amarillos, y pueden caer hasta 25 litros de agua por metro cuadrado en solo una hora. Se unen a esos avisos el norte de Navarra.

Durante la jornada del sábado se registraron más de 2.000 rayos en Cataluña, unidos al fuerte granizo y rachas de viento. Asimismo, mucha precaución en el sur de Canarias ya que se mantienen activos los avisos por fuerte oleaje.

Julio de récord

De acuerdo con los registros de los últimos meses, julio ha sido un mes "de récord" por sus altas temperaturas. Un hecho que ha dado paso a una normalización entre la población. Si tener 36 grados en Madrid era lo habitual, la estación meteorológica de Madrid en El Retiro, -con más de 100 años de historia-, arroja una media de máximas en julio de 36,8 grados.

Aunque la temperatura más alta durante julio se ha registrado en Morón de la Frontera (Sevilla) con 46 grados, seguido de Andújar (Jaén) con 40,3.

Se trata de un mes de julio histórico en nuestro país, que además ha tenido otras consecuencias negativas como han sido el aumento de muertes inesperadas. Según el Ministerio de Sanidad se habrían registrado 10.928 fallecimientos no esperados. Las comunidades más afectadas han sido las del sur peninsular, donde las funerarias admiten que ha habido un aumento del 25 por ciento en su actividad.