El 2022 ha sido el más caluroso de los últimos dos mil años. Es más, nunca se habían tenido tantos días extremos, por ser los más fríos, los más calurosos o los más lluviosos. El tiempo está cambiando. Prueba de ello es que en el norte no hay forma de que se despidan de los bañadores. Y no solo allí. Europa está alcanzando temperaturas nunca vistas en esta época del año. El termómetro ha marcado números que están entre 5 y 15 grados por encima de la media.

Como consecuencia, los vecinos de Euskadi apenas han necesitado el chaquetón este invierno y las estaciones de esquí en España están menos blancas que el año pasado. Este cambio también se puede apreciar a nivel mundial. El mapa se tiñe prácticamente de rojo como señal de que la mayoría de países han alcanzado temperaturas más cálidas de los habitual.

En el caso de España, su temperatura media ha ido aumentando en los últimos 50 años. Se ha pasado de los 12 grados de media a superar los 15 grados. Si echamos la vista atrás, nos damos cuenta que apenas habíamos estrenado mayo cuando el mercurio alcanzó los 40 grados en varios puntos de la península. Ese fue al precedente al verano más caluroso de la historia, un hecho que se ha trasladado a los mares. El Mediterráneo en Julio estaba a seis grados más de lo habitual.

Al mismo tiempo, nuestros bosques fueron arrasados por una ola de incendios. Se quemaron 293.000 hectáreas. Más que en ningún otro país europeo. Tema a parte el de las sequías, lluvias torrenciales Y tormentas tropicales, como Hermine, que arrasó en el archipiélago canario. Pero eso no es todo. Según el Índice de Riesgo Mundial, España es el país europeo con mayor riesgo de catástrofes por fenómenos extremos. Este año podríamos volver a sentir el cambio climático en nuestra propia piel.