Alfonso sube a uno de los 14 camiones de su empresa en Santiago de Compostela. Ha pasado de tener 23 camiones a tener 14 y culpa de ello a los precios de combustible, que en Galicia son de los más altos de España.  Él cada mes tiene que hacer frente a un coste de 70.000 euros de gasoil: “Por muchos descuentos que tengamos no llega a nada”.

A los precios de repostaje se suman los de peajes. Alfonso ya huye de ellos, porque para él se han convertido en un producto de lujo: “Tuvimos que escapar de las autopistas. Jesús también padece los precios de los carburantes en su empresa de autocares y lo hace a costa de ver bajar su rentabilidad: “El tema del carburante nos trae por la calle de la amargura a todos, transportistas, viajeros, taxistas”.

Mientras el litro de gasoil ha subido 35 céntimos en los últimos cuatro años, los transportistas denuncian que no pueden compensar esa subida con los billetes de los viajeros que van en estos asientos.

Las asociaciones de gasolineras argumentan que los precios en Galicia son más altos porque los impuestos que deben pagar son también más elevados por el céntimo sanitario de la Xunta. La situación ha llevado a la bancarrota a muchas pequeñas empresas: “En Galicia han desaparecido más de 1.000 pequeñas empresas de transporte en lo que va de crisis” afirma José Carlos García Cumplido, secretario general de la asociación gallega de transportes y mercancías.

Los transportistas esperan que las instituciones públicas tomen medidas para que sus negocios comiencen a ver la luz.