En Quart de Poblet, Valencia, una empresa de fabricación de puertas necesita diez trabajadores y no encuentra mano de obra. Llevan dos años trabajando a toda máquina mecanizando, montando puertas y recibiendo pedidos sin dar abasto.

"Antes entregábamos en 15 días y ahora nuestro plazo de producción se ha ido a un mes casi. Nos piden órdenes de pedidos para ya y no las podemos abastecer ", afirma Patricia Sancho, jefa organizativa de MADERSAN. Así, tienen que rechazarlos porque les falta personal cualificado que no encuentran. Y es que en la Comunidad Valenciana falta mano de obra cualificada en carpintería, fontanería o soldadura.

"Éramos 25 personas y actualmente somos casi 40 trabajadores. Esta misma semana han empezado dos más y aún así necesitamos diez personas más para el taller", señala Sancho.

Según la Patronal, en la Comunidad Valenciana falta un 40% más de trabajadores para asumir una demanda que tras el confinamiento ha aumentado un 13%. En este sentido, Alejandro Bermejo, presidente de FEVAMA, afirma que "durante el confinamiento, la gente no ha gastado dinero en servicios y en ocio, y ahora mismo se lo está gastando en el hogar". "El 'boom' ahora es es total", añade.

El sector no puede crecer ante la escasez, por lo que reclaman "más formación y que se dignifique este sector". Y esa petición se ha trasladado aquí a los centros de formación, que han han triplicado los cursos formativos "de fontanería, carpintería, y de alicatador, que son oficios ocupados por gente que tiene una edad avanzada", que ahora no está teniendo relevo generacional, indica Francisco Gradolís, profesor de carpintería.

Juan Raba se ha animado y está aprendiendo a ser carpintero ya que, tal y como cuenta, es un empleo que "está bastante solicitado". "Cuando te enteras de que nada más terminar de estudiar vas a encontrar un trabajo garantizado, pues te apuntas", expresa.

En cinco meses, los alumnos se han duplicado, pero aun así son pocos: "Tenemos más ofertas de empresas que alumnos que titulan, e incluso tenemos empresas en lista de espera que a lo mejor necesitan a dos o tres alumnos y solo podemos mandarle uno, y a veces ninguno", señala Rafael Navarro, director del Centro Integral FP Cartoja.

El paro que dejó el 'boom' del ladrillo y una imagen anticuada de la construcción son motivos por los que los jóvenes rechazan esta salida laboral. Enric Nomdedéu, secretario autonómico de Formación de la Comunidad Valenciana afirma al respecto que "todos esos oficios que se habían quedado descolgados porque creíamos que una licenciatura o que un grado de la universidad te daba más facilidades en el futuro, pero hoy se demuestra que ofrecen oportunidades laborales más seguras, estables y con mejores sueldos". A estos oficios solo les alta la paridad, ya que solo el 5% de las mujeres se forman para ellos.