En solo dos días quebró el Silicon Valley Bank en Estados Unidos el pasado mes de marzo. En 48 horas tuvo que echar el cierre. 15 años antes, en 2008 otro banco también colapsó, pero con una diferencia. El Washington Mutual tardó ocho meses en desaparecer.

La pregunta es: ¿por qué tanta diferencia entre una quiebra y otra, si pasó algo similar? La respuesta la encontramos en un reciente estudio en el que ha participado el español Javier Gil-Bazo, profesor de la UPF. "Las redes sociales tuvieron una función de catalizador o de acelerador de la crisis bancaria de tres entidades", señala el profesor.

Han analizado la secuencia de la quiebra, que duró un suspiro. Se pasó de los rumores en redes sociales a la caída bancaria en muy poco tiempo. Twitter ardía los primeros días del mes de marzo, se podían leer conversaciones donde se hablaba de pánico bancario, de insuficiente liquidez, de empobrecimiento, o de estar en un lío. Muchos lo leyeron, tuvieron miedo y retiraron su dinero masivamente.

Ya hay analistas que lo han llamado "la primera crisis bancaria en la era de Twitter". Y entre las autoridades norteamericanas hay inquietud por como la mecha puede arder y provocar un seísmo. La secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen advertía:"No importa lo fuerte que sea la supervisión de capital y de liquidez, si un banco sufre una fuga abrumadora de depósitos impulsada por las redes sociales, o lo que sea, el banco puede estar en riesgo de quebrar".

En Europa, podría ocurrir, pero los expertos rebajan las consecuencias. Aseguran que la mayor regulación europea funcionaría como cortafuegos. Eso sí, piden que los reguladores tomen nota de lo que ha pasado para actuar en cuanto vean que arde Twitter por un tema bancario.