La llaman TUR o Tarifa de Último Recurso, aunque poco tiene que ver con el nombre ya que no se trata de una tarifa solo para consumidores vulnerables, sino que es de acceso a todos los ciudadanos.

Concretamente, es para todos los que consuman menos de 50.000 kilovatios hora anuales para calentar su casa. Es decir, prácticamente todos los hogares españoles con gas natural -por lo que quedan excluidas las comunidades de vecinos con calefacción centralizada-.

Como indica Marcial González, investigador en el Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad Carlos III de Madrid, es una tarifa que tiene unas condiciones reguladas, "fijadas por el Estado", y que solo puede contratarse a través de ciertas comercializadoras. Además, no tiene permanencia y los precios cambian cada tres meses.

En España, un millón y medio de hogares están acogidos a esta tarifa, aunque podrían beneficiarse de ella más de seis millones. Y es que todos esos ciudadanos que tienen el gas contratado con la TUR están pagando hoy casi la mitad que los del mercado abierto.

Hay una razón. El Gobierno está interviniendo los precios, limitando la subida de la tarifa regulada del gas natural y haciendo que los precios sean más competitivos.

¿Y esto cómo podría afectar a tu hogar? Pues ponemos el ejemplo de un hogar medio que consume 6.000 kilovatios hora anuales. Bajo la TUR, estaría pagando hoy 517 euros. Bajo la tarifa de mercado abierto más barata, casi el doble.

Así, pasarse a la Tarifa de Último Recurso puede suponer una apuesta ventajosa y de ahorro para esta situación inflacionista de los precios del gas. Vigente, por el momento, hasta que acabe el año. En cambio, para quienes buscan una estabilidad a largo plazo, mejor recurrir al mercado libre.