José y su familia conocen bien las consecuencias del tijerezo salarial. Su sueldo, el único que entra en casa, se redujo un 75% y de forma repentina."Mi salario mensual es de unos 1.700 euros y se ha quedado en 600" dice José Alpuente, afectado de la rebaja salarial.
Lleva 24 años en la empresa, IMESAPI, dedicada al mantenimiento de cabinas telefónicas. Ni si quiera les escucharon, así que pusieron una denuncia contra la injustificada acción de la empresa. Y la respuesta del juez ha sido muy clara: "Constituye una vulneración al derecho a la libertad sindical (...) por el hecho evidente de la reducción salarial unilateralmente acordada por la empresa, con menosprecio a toda negociación".
Y como un ejemplo del fracaso de la reforma laboral lo ven los abogados. Ahora, dicen, crecen los conflictos por el deterioro de las condiciones en las empresas. "Una empresa bien asesorada nunca lo haría, es altamente ilegal" dice Fe Quiñones, abogada Javaloyes y Asociados.
La empresa tendrá que devolverles la parte del sueldo que les rebajó y además una indemnización de 1.000 euros. "La parte que es recurrible habrá que esperar a que se pronuncie el Tribunal Superior" dice José. Pero ya han conseguido mucho. Tumbar, dicen, una rebaja salarial injusta y desmesurada.