El euríbor sigue su camino directo para superar la barrera del 4%. Este martes, el principal diferencial europeo se situó en el 3,81% y nada hace pensar que vaya a frenar su escalada, al menos, a corto plazo porqueel Banco Central Europeo, que preside Christine Lagarde, va a mantener su tendencia alcista de tipos de interés. Esta realidad está encareciendo las hipotecas variables vinculadas a este diferencial y ahogando a los ciudadanos.

La hipoteca variable aprieta

Cuando unos zapatos aprietan, lo habitual es cambiarlos o intentar hacerlos más holgados. Eso mismo pasa con las hipotecas cuando la cuota variable sube y sube al son que toca el euríbor, que está subiendo desde hace meses sin parar.

En estas condiciones, según datos del Banco de España, de enero a marzo se han multiplicado por tres las renegociaciones de las condiciones hipotecarias y las subrogaciones para cambiar de banco. Desde 2016, no se alcanzaban unos datos similares a los de ahora. En solo tres meses los casos han aumentado un 227% y el volumen de esas hipotecas supone más de millones de euros, en concreto 1.018 millones.

¿Qué podemos renegociar con el banco?

Si la hipoteca se hace cuesta arriba, podemos tratar de negociar con nuestra entidad una mejora en las condiciones. Lo más habitual, según el portal comparador iAhorro, es sugerir que nos permitan alargar el plazo hipotecario o proponer una carencia temporal con una reducción de las cuotas.

Si podemos optar a alargar el plazo de vida de la hipoteca, tenemos que tener en cuenta que ese tiempo también habrá que pagar intereses. La presidenta deAsufin, Patricia Suárez, recomienda siempre calcular cuánto pagaremos para saber si realmente nos compensa a la larga. Es importante, también, echar cuentas si nos ofrecen un tiempo de carencia en el que solo pagaremos los intereses y más adelante afrontaremos las cantidades que nos hemos ido pagando.

¿Y si no nos convence ninguna de esas dos posibilidades? Podemos negociar con nuestro banco pasar de una hipoteca variable a una fija. El problema, según Patricia Suárez, es que "ahora mismo no es recomendable esta opción porque los tipos de interés que están ofreciendo para una hipoteca fija están ya muy caros".

De hipoteca variable, a fija

Pasar de una hipoteca variable a una hipoteca a tipo fijo nunca sale gratis. Hay una serie de trámites que suponen un coste y tendrás que tenerlos en cuenta para calcular si te sale a cuenta el cambio. Revisa las condiciones de tu hipoteca para conocer las comisiones o penalizaciones que tengas firmadas ya en tu contrato. A esto tendrás que sumar los gastos administrativos que estarán, normalmente, por debajo de los 500 euros.

El director y asesor de VK Inmobiliaria señala, además, que hay que estar muy pendientes de las nuevas condiciones si optamos por este cambio. "Muchos bancos intentan colarnos vinculaciones que empeoran la oferta", dice Alberto Carranza. Lo óptimo es mantener todas las demás condiciones anteriores que sí nos beneficiaban y no contratar, por ejemplo, seguros adicionales.

Adiós a mi banco, hola subrogación

Cuando nuestro banco no nos ofrece una respuesta convincente a nuestras necesidades, podemos plantearnos buscar otra entidad y subrogar nuestra hipoteca. Esto significa que nos llevamos nuestra hipoteca: la cerraremos y firmaremos una nueva con otra entidad. Aquí, hay que tener la calculadora mucho más a mano.

Cancelar una hipoteca, lo más probable, es que conlleve una penalización por amortización anticipada. La ley marca que como máximo será un 2% de lo que nos quede pendiente y esa cantidad puede ser muy elevada si es una hipoteca a la que todavía le queden bastantes años por delante.

Además, hay que sumar los gastos de la nueva hipoteca como la tasación de la vivienda que suele costar unos 300 euros. Ten en cuenta, también, que tu banco actual puede ofrecerte mejorar alguna condición para no perderte como cliente. Puedes jugar esa baza y mostrarle las mejoras que te ofrece otro banco.

Y todo esto, sin olvidar que tal vez no consigamos una buena oferta que nos alivie la cuota porque, como recuerda Óscar Ochoa de Consulting Inmobiliaria Gilmar, "la banca ha endurecido muchísimo sus condiciones" y, por tanto, es necesario demostrar muchísima solvencia.