La campaña de descuentos Black Friday, importada de Estados Unidos, se ha convertido en un macroevento de consumo, cada vez más consolidado, en el que la venta online por parte de las grandes plataformas y las grandes superficies o compañías, está ganando la batalla al comercio local.
Así lo explica el especialista en comercio y políticas públicas José María Martín, para quien numerosas plataformas online y también comercios afrontan esta cita con el consumo, que tiene su día central el próximo viernes, día 24, y que en muchos casos se extiende tres días más e, incluso, en algunos casos se enlaza con las campañas de descuentos de Navidad.
Sin embargo, como toda tendencia que se importa, requiere de un proceso de adaptación al contexto español, que no se ha hecho de la mejor manera porque el calendario festivo en España tiene unas connotaciones muy distintas al de Estados Unidos, según sostiene este profesor del máster en Derecho de Comercio Internacional de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR).
El Black Friday, acotado en Estados Unidos al día después de Acción de Gracias, que es el cuarto jueves de noviembre, "se está tomando en España como una excusa para generar un nuevo argumento de ventas" ante una llegada del frío, cada vez más retardada y unos efectos de la crisis que "todavía coletean", ha dicho.
Para este economista, el pequeño comercio "se está agarrando bastante bien a esta tendencia", pero tiene "bastante que hacer para estar en condiciones de plantar cara" a las grandes superficies, compañías de servicios y grandes plataformas de venta on line", que son las más beneficiadas de este macroevento de consumo.
Cree, sin embargo, que la pérdida de potencia que ha registrado en los años de la crisis el comercio minorista, en general, no solo se puede atribuir al Black Friday, sino a la amenaza que representan para estas estructuras comerciales las grandes superficies del extrarradio y la venta online durante todo el año, con las que, además, no puede competir vía precios.
La clave que puede hacer que el pequeño comercio resista bien a todas estas campañas de descuentos y fenómenos es la vinculación de su oferta comercial a una oferta lúdica y de servicios, que es la que "nunca se va a poder trasladar a la venta on line", ha añadido este profesor de la llamada.
Por su experiencia, la supervivencia del comercio local requiere de políticas públicas que estructuren un comercio de centro urbano vinculado a otra serie de servicios y que hagan al cliente atractivo salir al centro.
Ha recordado que, según los datos de la Federación Nacional de Comercio, las ventas durante el Black Friday de 2016 en España aumentaron un 3,3 % en tasa interanual, lo que, desde un punto de vista aislado, "puede ser interesante", pero supone "un peligro lanzar una potente campaña de descuentos justo antes de Navidad, cuyas ventas suponen entre un 20 % y un 30 % de las de todo el año".
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