Para Carlos Alcaraz hay algo mucho más importante que lograr la victoria. Hay algo, valores, que el murciano no está dispuesto a vender. Se vio en Miami, en plena semifinal de un Masters 1.000, cuando tuvo un gesto deportivo de esos que no se ven prácticamente nunca y que hizo que el público aplaudiese de forma unánime.

Fue en su partido ante Hubert Hurkacz cuando se ganó tanto al respetable como incluso a su rival. En el primer set del partido, el juez de silla tomó una decisión que no gustó al polaco.

Según vio, Hurkacz no llegó a tiempo a una dejada de Alcaraz, y la bola habría botado dos veces antes de golpearla con su raqueta.

Eso hizo que el polaco protestase enérgicamente, y Alcaraz tomó una decisión...

Una que conllevó renunciar al punto y dejar que se repitiese. Sí, lo que se dijo al principio, algo que no se ve todos los días.

Esto provocó un aplauso tremendo cuando el juez de silla comunicó la decisión del español de renunciar a su punto.

Alcaraz derrotó a Hurkacz por un doble 7-6, y jugará ante Ruud la final de Miami.