El destino es caprichoso y ha querido que las selecciones de Ucrania y Rusia se vean las caras en el cruce de semifinales de la Eurocopa 2022 de fútbol sala, que se disputa en Países Bajos.

Desde el año 2014, tanto UEFA como FIFA habían tratado de impedir que se enfrentaran en las fases de clasificación de Mundiales, Eurocopa o la Liga de Naciones, debido al conflicto que están atravesando, pero en esta ocasión ha sido inevitable.

En cuartos de final, los ucranianos dieron la sorpresa ante la selección de Kazajistán, imponiéndose finalmente por 5 a 3 en el marcador, mientras que los rusos hicieron los deberes ante Georgia y ganaron por tres goles a uno.

La composición de los grupos y las posiciones que lograron ambas selecciones en ellos provocó que quedaran encuadrados de esta forma, cruzándose en la primera semifinal del próximo viernes a las cinco de la tarde.

El morbo de este encuentro es que todo va mucho más allá de un partido normal de fútbol sala. El conflicto que está ocupando todos los periódicos y los espacios televisivos es el que enfrenta a estos dos países, por sus tensiones fronterizas que están provocando numerosos movimientos políticos.

El enfrentamiento comenzó con el golpe de Estado por un levantamiento popular ante el presidente prorruso Viktor Yanukovich, provocando que el gobierno provisional estableciese medidas contra los ciudadanos rusos, que precisamente son mayoría en Crimea.

Tras la anexión rusa de Crimea por un referéndum, la situación se ha complicado hasta llegar a un asunto ya prebélico que se está viviendo en la actualidad.

Los integrantes de las plantillas de ambas selecciones tienen la oportunidad de representar a sus países y dejar aparcados temas que poco tienen que ver con los valores del deporte y hacer disfrutar a todos sus aficionados de un gran partido que no vaya más allá de eso, fútbol sala.