En la mismísima final de salto de longitud, Carey McLeod iba a dejar una de las imágenes más icónicas en los Mundiales de Budapest. El jamaicano voló por lo aires después de resbalarse en la línea de salto con el impulso cogió.

El estilo de salto en longitud consiste en saltar y formar con tu cuerpo una especie de 'C' en la brazos y piernas van por delante del tronco. Sin embargo, McLeod, al resbalarse, saltó con la cabeza por delante como si de tirarse a la piscina se tratase.

Sufrió una brutal caída donde se golpeó en la cabeza y se hizo daño en el tobillo. Esto le condenó porque al ser un salto nulo, tuvo que repetirlo, y en el siguiente tan solo pudo llegar al 6,57.

El jamaicano terminó cuarto muy cerca del podio con una marca de 8.27 en su segundo salto. El oro se lo llevó el griego Tentoglou, con 8,52 en su último salto, mientras que Pinnock, con 8,50 y Gayle completaron el podio.