En Grecia crece la indignación tras hacerse públicos los abusos que sufrió hace más de 20 años la campeona olímpica Sofía Bekatoru por parte de un alto cargo de la Federación Griega de Vela.

Es la primera vez que una deportista de élite en Grecia hace pública una denuncia de violación, lo que ha desatando las críticas del país. Además ha servido de inspiración para otras que otras deportistas rompan su silencio, como es el caso de la subcampeona olímpica de salto de altura Niki Bakoyianni. La Fiscalía ya ha abierto una investigación y ya ha llamado a Bekatoru para testificar.

Cuando la campeona olímpica hizo pública la supuesta violación, la Federación Griega de Vela la calificó como un "desafortunado suceso", culpó a Bekatoru por no haber denunciado antes y le exigió que diera el nombre. Esta reacción ha provocado que dos miembros de la junta hayan dimitido como protesta. Además, Bekatoru asegura que esa respuesta es la razón por la que no se atrevió a denunciarlo en el momento que ocurrió, en 1998.

La griega tenía 21 años y acababa de clasificarse para los Juegos Olímpicos de Sidney. Fue en el hotel cuando, supuestamente, el vicepresidente de la Federación, Aristidis Adamopulos, la violó.

Pese a la indignación de Grecia y a la dimisión de dos miembros de la junta, la Federación de Vela tan solo ha pedido de Adamopulo que se abstenga de sus deberes "hasta que el caso se resuelva" y ha insistido en su inocencia mientras no se demuestre lo contrario.

El objetivo de Bekatoru al hacer pública la violación es que no vuelva a ocurrir y que haya "un mejor futuro para los jóvenes en el deporte griego". Además, asegura que no es un caso aislado, sino "parte un problema crónico de abuso de poder". Es por eso que la deportista olímpica no va a denunciar de forma individual, sino que va a formar parte de una denuncia conjunta.

La Federación ha perdido todo el apoyo del país además de las donaciones de la Fundación Stavros Niarchos. Todos los políticos han querido mostrar su apoyo a Bekatoru y el propio primer ministro, Kyriakos Mitsotakis, ha asegurado que la atleta es una "olímpica de la responsabilidad" por acabar con el ciclo de silencio y estigma al que se enfrentan las víctimas.

Bekatoru no solo ha abierto la polémica de abusos en el deporte, sino que ha servido para que otras chicas ajenas a los deportes, pero que han sufrido lo mismo, alcen la voz. Es el caso de una antigua alumna de la Universidad Aristóteles de Salónica, quien animada por la denuncia de la campeona olímpica, ha confesado en un grupo cerrado de Facebook cómo un profesor abusó de ella durante una reunión para discutir sus notas.