La selección española preparó el encuentro amistoso contra Suiza ante 5.000 aficionados que vitorearon a los jugadores del equipo nacional, en especial a Andrés Iniesta, y con más aplausos que abucheos para Gerard Piqué.

Tras el calentamiento y algunas acciones de llegada puerta, se disputó un partido en medio campo, en el que los porteros fueron Reina y Kepa, mientras que De Gea hizo un trabajo específico. A continuación, los jugadores practicaron disparos a portería, que también fueron jaleados por los asistentes, la mayoría de ellos familias con niños.

La sesión de entrenamiento concluyó con aplausos de los jugadores a la afición y de la afición a los futbolistas, que saludaron a los participantes en la Liga Promises, que presenciaron el entrenamiento desde las gradas.