Una de las dos finales ha sido superada por España. Y ha costado tanto como se esperaba. La Selección se impuso a Irán gracias a un gol de Diego Costa en la segunda parte, un tanto muy luchado y que fue la recompensa de un asedio constante.
Hierro introdujo dos cambios en el once: Carvajal en el lateral derecho y Lucas Vázquez en lugar de Koke en el centro del campo. Se esperaba el seleccionador un encuentro cerrado, pero lo cierto es que fue todavía más cerrado y empantanado de lo esperado.
La selección entrenada por Carlos Queiroz se puso en su área sin intención de jugar el balón, con pérdidas de tiempo constantes y con faltas numerosas que no tuvieron castigo por parte del colegiado.
La primera parte fue un monólogo de posesión para 'la Roja'. Ramos y Piqué estaban en el campo rival con total tranquilidad mientras los Isco, Silva e Iniesta se intercambiaban las posiciones en busca del hueco en la defensa rival. Costa, en su isla, intentaba abrir huecos sin éxito.
Costa rompió el cerrojo
Silva tuvo la ocasiones más claras, aunque tampoco fueron en boca de gol. La primera fue un tiro colocado que fue rechazado por la defensa iraní, la segunda llegó tras un rechace que el canario remató de escorzo y se marchó sobre la portería rival.
España e Irán se marchaban al descanso después de una primera parte llena de tensión y nervios. Empantanado, muy empantanado el partido que había propuesto Queiroz a Hierro, que tenía que buscar soluciones si quería romper el cerrojo iraní.
Fue arrancar la segunda parte y la actitud de España fue otra, más vertical y con menos toque, cediendo algo de balón a una Irán que no temía atacar los espacios que dejaba la defensa española. Después de intentarlo, intentarlo y volverlo a intentar, llegó el premio.
Diego Costa aprovechó un pase interior de Iniesta para definir como pudo y hacer el 0-1. Ese gol era puro aire para España, una bombona de oxígeno para una selección que no veía la manera de hacer daño a un rival que se venía arriba con el paso de los minutos.
Susto mayúsculo de Irán
Tanto fue así que, tras el gol de Costa, casi empatan. Saeid Ezatolahi disparó a puerta en el área y el balón se coló en la portería de De Gea. Los jugadores iraníes celebraron como locos ese gol, pero el linier y después el VAR anularon ese gol.
Fue el susto más grande que se llevó España, que jugó con el resultado y cedió más ocasiones a una Irán lanzada a por los españoles. Taremi, imponiéndose por arriba a Jordi Alba, cabeceó un balón que se marchó por encima de la portería de España.
Los minutos pasaban y el objetivo estaba más cerca del objetivo, pero se iba a sufrir lo indecible. Entraron Asensio y Koke por Iniesta y Lucas Vázquez, también tuvo minutos Rodrigo al final, que entró por Diego Costa.
España mató el partido con la posesión y se llegó al final sin más sobresaltos. España podía respirar, consiguió los tres puntos que tanto ansiaba y que tanto costaron. Con este resultado, Portugal y España quedan empatadas con 4 puntos en el grupo B, quedando Irán con 3 puntos en el tercer puesto.