Lo que está viviendo Marc Márquez en Honda podría denominarse perfectamente como una pesadilla. Porque una vez recuperado al 100% de su lesión, ahora el problema es la Honda. No es una moto competitiva y en muchos momentos muy difícil de pilotar.

Y el futuro de Márquez es una incógnita aunque le reste un año más de contrato. Los rumores no cesan y al de Cervera tampoco le ha convencido la moto de la temporada que viene en el test que ha realizado esta semana.

Se sigue pensando su destino... aunque prefiere no decir nada de manera pública. "Cualquier ser humano en el mundo, cuando hay situaciones críticas, busca soluciones. Tienes plan A, B y C. Me los quedo para mí. Tengo que pensar bien, pero mi compromiso, a día de hoy, sigo teniendo contrato con Honda", ha dicho este martes en un acto publicitario.

No está "decepcionado" con lo ocurrido en el test de Misano: "No estoy decepcionado porque era un poquito lo que ya esperábamos. Sí, han ido trabajando, pero ha habido caras nuevas en el box, pero han empezado hace poco. No han tenido tiempo de reacción esas caras nuevas a poner cosas diferentes en pista".

Ya dijo el ocho veces campeón de motociclismo que no iba a "amenazar" con marcharse porque seguía teniendo contrato en vigor: "Es verdad que no hay mucho tiempo. Ya en dos meses acabas la temporada. De momento, como mostré este fin de semana en Misano, y como mostré ayer en el test, mi compromiso sigue siendo máximo porque sigo creyendo en el proyecto".

En los últimos se ha deslizado la posibilidad que haga las maletas hacia Gresini, equipo en el que corre su hermano Alex Márquez. Y no ha querido desvelar si ha hablado con él sobre esta posibilidad de vestir los mismos colores.

"Con mi hermano, nos ayudamos muchísimo al entrenar, a subir este nivel, pero también nos respetamos mucho nuestros espacios porque si un piloto está tranquilo por su hermano no tiene que estar intranquilo. Y al revés, así que cada uno tiene sus preocupaciones a nivel profesional", ha finalizado Marc.