El GP de Bélgica de 2021 quedará guardado como la carrera que nunca se corrió. La lluvia hizo acto de presencia desde el inicio del domingo y no cesó. Inundó el trazado de Spa y dio la sensación de que parte de ese agua entró en la oficina de la FIA y desbordó a Michael Masi.

El presidente y máximo responsable de la Fórmula 1 se escudó repetidamente en la imposibilidad de garantizar la seguridad de los pilotos por las condiciones de la pista, pero no estuvo acertado en varias decisiones que pudieron haber cambiado el rumbo de la jornada para poder haber visto al menos un ápice de lo que significa una carrera.

Momentos de menos lluvia

Desde el jueves se venían anunciando malos presagios en cuanto a lo que a la meteorología se refiere. El fin de semana prometía ser mojado en Bélgica y no defraudó. Los neumáticos de seco fueron extras de una película protagonizada por los intermedios y de lluvia extrema.

Durante el domingo estaban programadas cuatro carreras en el circuito de Spa-Francorchamps en este orden: la de F3, la Porsche Supercup, la de F1 y la Women's Series. El porcentaje de posibilidad de lluvia por la mañana era parecido al del mediodía y la tarde, pero la intensidad era mucho mejor antes de las 15:00, hora de inicio de la F1, y las condiciones de la pista también, ya que hubo intervalos en los que 'paraba' de llover.

Todo el calendario de carreras se mantuvo a pesar de que había margen de tiempo para poder adelantar las pruebas y que se hubiera disputado la carrera, aunque no fuera al completo. De hecho, incluso la falta de reacción a tiempo cuando debería haber empezado la carrera, aplazando el inicio cada vez más pudo ser decisiva.

Planificación de tiempos

Se decidió posponer la carrera de 5 en 5 minutos, retrasando el momento hasta las 15:25, cuando se dispusieron a hacer la salida desde parrilla liderada por el coche de seguridad. Durante esos 25 minutos la pista se siguió mojando, algo que se podría haber evitado si los coches hubieran salido antes.

Había mucha agua en el asfalto, pero los monoplazas son los mejores secadores que puede haber en un circuito en esas condiciones. Cuantas más veces pasen por las mismas zonas del circuito a cierta velocidad más mueven el agua acumulada, creando carriles que con el tiempo secan progresivamente la pista.

Es más difícil de ver cuando la lluvia no deja de caer, pero esta circunstancia se da siempre y es más evidente cuando deja de llover y el asfalto se va secando solo por la zona de mejor trayectoria, por donde pasan los coches, mientras que el resto del trazado sigue estando mojado.

El 'Tic-tac' de la F1

Según el reglamento, modificado con el precedente del GP Canadá 2011, una carrera solo puede durar un máximo de dos horas una vez empieza el contador a descontar segundos, o tres en el caso de que se produzca una bandera roja.

En Montreal se llegó hasta pasadas las cuatro horas, convirtiéndose en la carrera más larga de la historia de este deporte. Contrasta así con esta, que ahora es la más corta, por no decir inexistente, o así quisieron aplicarlo desde un principio.

La FIA autorizó la salida veinticinco minutos más tarde de lo previsto. Se hicieron dos vueltas detrás del 'Safety Car', sin dar inicio a la carrera ya que se consideraron como vueltas de formación. Tras ver que las condiciones eran impracticables, Michael Masi decidió sacar una bandera roja, con la que se cancelaba el procedimiento de salida.

A todo esto, el cronómetro del tiempo total de carrera ya se había puesto en marcha, lo cual indicaba que la carrera sí había dado inicio, pero minutos después se paró inexplicablemente, para luego ser reanudado.

La indecisión de saber si se había dado inicio o no fue lo que permitió a Sergio Pérez ser readmitido en la salida, que posteriormente ni se dio, al haber conseguido reparar el coche a tiempo después de haber colisionado con las protecciones al disponerse a colocarse en su posición de parrilla. Otra metedura de pata por no tener claro como aplicar el reglamento.

Inconvenientes

Estaba claro que las condiciones eran insostenibles como para poder ver un espectáculo digno de la Fórmula 1. Las nubes seguían acaparando el radar de lluvia, que fue incesante durante las cuatro horas en las que tanto protagonistas como aficionados estuvieron esperando.

La pista haría deslizar a los coches como si fuera hielo, la visibilidad con el coche de delante era nula por la cantidad de agua que desprenden los coches a su paso y el fin de semana ya había demostrado la peligrosidad del circuito en caso de accidente.

Además, las horas caían, y la luz, que fue prácticamente inexistente durante todo el día, se iba a convertir en aún menor a medida que se acercaba la noche. Al contrario de los turismos que participaron en la carrera anterior de la Porsche Supercup, los coches de F1 no tienen luces frontales, y la única led, pequeña y roja, se sitúa en la parte trasera.

Así como hay circuitos en los que se pueden disputar carreras nocturnas, Spa no cuenta con iluminación artificial, con lo que las opciones se reducen.

Posibles soluciones

En otras categorías, como la IndyCar o la NASCAR, en caso de cancelar la carrera, se podría posponer al día siguiente, a la espera de encontrarse con mejores condiciones. Sin embargo, la F1 actual no permite esa situación "por temas de logística y disponibilidad", según cuenta Stefano Domenicali, CEO del campeonato.

"No se puede programar la carrera el día después por muchos aspectos. Se estudió, por supuesto, pero no era posible", siguió Domenicali. Así que esa decisión no fue tomada, y se prefirió volver a intentar salir a pista.

La decisión más complicada y la más controversial. Se dictaminó salir de nuevo detrás del coche de seguridad, con el cronómetro otra vez en marcha, descontando una hora como máximo para el fin de la carrera, cuando ya marcaban las 18:17 de la tarde hora española.

Una elección que escondía un propósito: terminar el día. En el momento que se completaran dos vueltas a partir de haber sido iniciada, la carrera podía ser cancelada, los resultados se darían como válidos y las puntuaciones se repartirían en ese orden aunque la cantidad sería reducida a la mitad por no haber completado el 75% de la carrera.

La solución

Antes de llegar por tercera vez a la línea de meta, Masi decidió acabar con todo. No se volvía a reanudar, ya había sido iniciada y con eso se cumplían los requisitos para llamarlo 'carrera'.

Un espectáculo que no se dio, por el que los aficionados al deporte pagaron por ver y no se les devolverá su dinero. Unos puntos que no se consiguieron por méritos del domingo, si no por una prueba de calificación. "Una pantomima", "un paripé", como también lo fue celebrar un podio y dar unos trofeos.

Para muchos pilotos fue una equivocación, e incluso la catalogan con calificativos como los ya mencionados, o como el que usó el propio Lewis Hamilton: "una farsa".