Lewis Hamilton falla su primer 'match ball' por el Mundial. El británico tendrá que esperar, al menos una semana más, para festejar el que salvo hecatombe será su quinto título de Fórmula 1. A pesar de salir desde la pole en EEUU, el de Mercedes se encontró con un enorme y perfecto Kimi Raikkonen que terminó por llevarse la carrera, y con un Max Verstappen excelso que acabó segundo aun saliendo 18º. Carlos Sainz sumó unos jugosos puntos para Renault con un séptimo puesto y Fernando Alonso abandonó en la primera vuelta.
No pudo hacer valer Lewis su condición de super favorito en Austin. No solo porque salía el primero, sino porque si hay una pista que a Hamilton se le da especialmente bien es ésta. Y si hay un país en el que se encuentra como pez en el agua en el asfalto ese es Estados Unidos. Pero mientras vigilaba a Vettel en la distancia tras un nuevo error de Seb que casi le hace perder el título sin haber dado más que un par de kilómetros en Texas, el británico se 'olvidó' del otro Ferrari.
Porque fue Raikkonen quien le causó todo quebradero de cabeza y el que le hace tener que esperar un poco más para ser pentacampeón. El finlandés estuvo, simplemente, perfecto. Desde la salida, aguantando bien la defensa de la pole de Hamilton y pasándole tras una gran maniobra. A partir de ahí, a manejar todo como solo un piloto como él lo podría manejar. Presión había, primero por él y por la gran cantidad de tiempo que llevaba sin ganar una carrera y luego por un Vettel que apura toda opción matemática. Pero nada, que 'Iceman' no deja de ser 'Iceman'.
Aguantó a Hamilton cuando Lewis, con ruedas nuevas, se la jugó en VSC a una estrategia de dos paradas que consumió sus gomas. Y luego administró las suyas ante Verstappen y ante el propio Lewis en las últimas seis vueltas. Supo calmarse ante los doblados cuando tenía más que perder que que ganar, y al final cruzó la bandera a cuadros como ganador de EEUU. Como el mejor en esta carrera, recogiendo un más que justo premio que bien podría haber ido también a un Max que puso segundo a su Red Bull a pesar de salir 18º.
Verstappen se libró de las batallas del comienzo. De esa primera curva que alguno debió confundir con los autos locos en vez de con una carrera de F1. El McLaren es lento, lentísimo, y su evolución desde antes del verano ha sido prácticamente nula, pero cuando no es una cosa es otra y en este caso fue Lance Stroll. El de Williams, pasadísimo, entró sin control a una zona bien nutrida de monoplazas y se llevó por delante a Fernando Alonso. Llegó a boxes... y ahí se quedó.
Una vuelta duró, y ya le dio tiempo a decir por radio que "con pilotos así no se puede correr". Razón no le falta, y aunque el canadiense recibió un 'drive through' al final no por su sanción dejó de llevarse puesto al bicampeón. Tres carreras le quedan en este 2018. Tres que quizá sean las últimas en F1. Despedida bastante agria la que le está tocando vivir al mejor piloto español en monoplazas de todos los tiempos.
Al menos de momento, pues Carlos Sainz, que cogerá un McLaren esperemos más hecho para el motor Renault, ha vuelto a sumar puntos y está siendo de gran valor para la escudería francesa en el Mundial de constructores. Fue séptimo, justo por detrás de Nico Hulkenberg y manteniendo a raya a los Force India. Como extra, además, Grosjean abandonó tras otra lección de 'coches de choque' al tocar a Leclerc, y Magnussen acabó por detrás de ambos monoplazas amarillos.
Ya queda menos para el final del Mundial, y menos parece quedar para que Lewis Hamilton se alce con su quinto título. En Estados Unidos no aprovechó su primera bala, pero muy mal se le han de dar las cosas en México para no celebrar con tequila su pentacampeonato.
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