Las sensaciones de Carlos Sainz son buenas. Después de su operación de apendicitis se siente preparado para pilotar en el Gran Premio de Australia. Aunque la última palabra la tendrán los médicos de la FIA con los test que le harán este jueves en el circuito.

"Tengo un plan de recuperación bastante fuerte desde el primer día en el que aterricé en casa, para estar preparado para esta carrera. Me subiré mañana al coche para ver cómo me siento, pero las sensaciones son positivas", dice el piloto español, que fue sustituido por Oliver Bearman en Arabia Saudí.

"Viendo los movimientos y ejercicios que he hecho en el gimnasio, me da la confianza de que pudo subirme al coche mañana e intentarlo, pero obviamente, no soy estúpido. Si no me siento bien mañana, voy a ser el primero en levantar la mano y decir que necesito dos semanas más para volver a correr. Junto a la FIA, es el plan que tenemos, tengo otro chequeo con ellos mañana, siguen de cerca mi evolución", detalla el piloto español.

Eso sí, su semana no ha sido nada sencilla: "La verdad es que la primera semana fue dura, mucho tiempo en la cama, recuperándome y fue cuando las cosas se empezaron a ver un poco oscuras. En la segunda semana, la recuperación coge más velocidad y ahora, me siento mucho mejor".

Y admite que será el primero en levantar la mano en caso de no sentirse bien al volante del Ferrari: "Soy el primero que no quiere sufrir ningún tipo de dolor o empeorarlo todo. No soy estúpido y seré muy claro con cómo me siento y todo. Volviendo al jueves de Yeda, no me habría subido al coche si no hubiera sido posible".