Nuevo deporte de moda

Ni tenis, ni bádminton ni ping-pong... ¿Qué es el pickleball?

No es tenis, tampoco bádminton ni ping-pong, pero tiene algo de los tres. El pickleball es un juego ágil, social y sorprendente que está ganando adeptos en todo el mundo y que aún resulta muy desconocido.

Jugadores durante una partida de pickleballJugadores durante una partida de pickleballWikimedia

En los últimos años, estamos asistiendo al nacimiento de nuevos deportes. Los deportes híbridos -aquellos que combinan elementos de distintas disciplinas- han ganado protagonismo y popularidad en muchos puntos del planeta.

Desde el paddball hasta el spikeball, el auge de este tipo de actividades refleja una búsqueda constante de experiencias nuevas, dinámicas y accesibles. En ese contexto, el pickleball ha emergido como uno de los fenómenos deportivos más sorprendentes del momento, conquistando pistas en Estados Unidos, Europa y cada vez más rincones del mundo hispanohablante. Pero ¿qué es el pickleball y por qué está de moda?

Un origen inesperado

El pickleball es un híbrido sorprendente. Su origen se remonta al verano de 1965, en Bainbridge Island, una pequeña localidad cercana a Seattle, en el estado de Washington.

Allí, tres vecinos -Joel Pritchard, congresista estatal; Bill Bell, empresario; y Barney McCallum- decidieron improvisar un juego para entretener a sus hijos con lo que tenían a mano: una pala de ping-pong, una pelota de plástico perforada y una red de bádminton colocada a menor altura. La combinación resultó sorprendentemente efectiva y, sin pretenderlo, acababan de dar forma a un nuevo deporte.

En apenas dos años, el juego ya contaba con su primera pista permanente, construida en el patio de McCallum en 1967. A partir de entonces, el pickleball comenzó a extenderse por la costa oeste de Estados Unidos, impulsado por su sencillez, su carácter accesible y el boca a boca entre familias y comunidades deportivas.

¿Cómo se juega a pickleball?

El pickleball es un deporte de raqueta que combina elementos del tenis, el bádminton y el ping-pong. Se juega en una pista similar a la de bádminton pero con una red baja, y los jugadores usan palas sólidas (más grandes que las de ping-pong pero más pequeñas que las de tenis) para golpear una pelota de plástico perforada.

Puede practicarse en modalidad individual o en dobles, siendo esta última la más común. El objetivo es pasar la pelota por encima de la red sin que bote dos veces en tu campo, buscando ganar puntos cuando el rival falla.

Una de las claves del éxito del pickleball es su accesibilidad: las reglas son fáciles de aprender y el ritmo del juego es ágil pero menos exigente físicamente que otros deportes de raqueta. Esto permite que personas de todas las edades puedan jugar, incluso sin experiencia previa.

El puntaje también aporta su magia: solo quien sirve puede anotar, y los partidos suelen acabar a 11 puntos, con la obligación de ganar por dos. Además, existe una zona de no‑volea junto a la red llamada 'cocina', que impide golpes agresivos cerca de la red, promoviendo un estilo más táctico y pausado.

Ellen DeGeneres o Bill Gates ya juegan a pickleball

A finales de la década de 2010, el pickleball dejó de ser un pasatiempo doméstico para convertirse en un fenómeno internacional.

Otro de los factores que explica su reciente popularización es la adopción por parte de numerosas personalidades, que han confesado ser entusiastas de este deporte.

La presentadora y comediante Ellen DeGeneres, la actriz Reese Witherspoon, el actor Rob Lowe e incluso el cofundador de Microsoft Bill Gates han confesado ser verdaderos aficionados y practicarlo con regularidad.

Una moda que ya ha llegado a España

En España, el pickleball comienza a ganar terreno de manera notable, con un aumento significativo en el número de clubes y practicantes. Según datos recientes de la Federación Española de Picklebal, el número de licencias se ha duplicado en los últimos dos años, y se estima que en 2025 ya existen más de 10.000 jugadores activos repartidos en distintas regiones.

Además, en los últimos años, numerosos ayuntamientos españoles han incorporado pistas de pickleball en sus instalaciones deportivas, reconociendo el creciente interés por esta modalidad y su potencial para atraer a diferentes públicos.

Ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla o Málaga cuentan ya con espacios específicos destinados a la práctica del pickleball, tanto en clubes deportivos como en áreas municipales al aire libre.

El Ayuntamiento de Madrid, por ejemplo, ha destinado recursos para adaptar pistas multiusos en parques públicos que permiten jugar a pickleball, facilitando el acceso gratuito a este deporte. Barcelona ha seguido una línea similar, integrando esta disciplina en sus programas de promoción deportiva y fomentando la creación de clubes locales.