Carolina Marín no tiene límites. Ni físicos, ni mentales... ni de ningún tipo. Once meses, tan solo once meses después de su gravísima lesión de rodilla, la de Huelva se ha impuesto en la final del campeonato de Europa de bádminton disputado en Madrid a la escocesa Kirsty Gilmour, que tan solo puso en aprietos a la española al comienzo del partido.

Porque ahí todo empieza igualado, y es que Marín salió tremendamente motivada y con ganas para tomar desde el inicio las riendas del encuentro. Dominó, en red y en la distancia, y el parcial de 5-0 para ella cuando había un 4-4 en el marcador abrió brecha.

Gilmour ya no sabía qué hacer para superar a Carolina. Intentó dejadas. intentó jugar a fondo de pista... Pero no. Nada. El primer set, 21-10 para Marín.

El segundo fue prácticamente igual. Carolina Marín no tuvo prácticamente ningún problema ante la escocesa, y se impuso por 21-12 para poner en su entorchado una nueva medalla de oro a nivel europeo.

Es la sexta, y queda claro que en estos momentos, y tras su lesión, sigue siendo la mejor jugador de bádminton que hay a nivel europeo.

Tan solo ha cedido un juego en su regreso, uno que ha sido por todo lo alto y que ha culminado con un nuevo título.