Marta Fernández puede presumir de haber logrado todos los logros posibles en una piscina. La nadadora es campeona paralímpica, campeona de Europa y campeona del mundo, logrando récords del mundo y siendo una referencia para la delegación española de cara a los próximos Juegos de París.
Sin embargo, la historia de Marta con el agua no fue siempre fácil. La piscina fue el lugar que usó de terapia para hacer frente a su parálisis cerebral y ya suma 25 medallas internacionales, pero de pequeña, como ella misma cuenta, el agua le daba auténtico "terror".
"Me agarraba al bordillo y no me soltaba. Mi madre, cuando iba a los campamentos de verano, ponía que tenía terror al agua", confiesa. Eso sí, con el paso del tiempo ese miedo fue desapareciendo y la piscina le permitió no encontrar los "obstáculos" que sí encontraba fuera. "Dentro, no noto el avance de mi enfermedad y me siento más libre", asegura Fernández.
En los últimos cuatro años ha logrado ser la campeona total, teniendo además el récord del mundo de 50 mariposa S3 y S4, así como el de 100 brazo SB3. Las medallas más valiosas las logró en los Juegos de Tokio 2020, cuando obtuvo una medalla de oro, otra de plata y otra de bronce. Y eso que estaba ante su primera cita olímpica.
Raúl Carrasco es el entrenador de Marta y, hace 12 años, vio algo en ella que ni él mismo sabe explicar. "Cuando vino ella solo sabía croll y de aquella manera", reconoce. Ahora, ambos preparan los Juegos de París, una cita que esta campeona total busca "disfrutar", porque, como ella misma dice, "si no disfrutas de esto, no tiene sentido".