Argentina vive una de las peores olas de frío, uno de los inviernos más duros. Por eso, Messi no ha dudado: les ha abierto las puertas de su restaurante en Rosario bajo el lema comida caliente y abrigo.

"Es un gusto estar acá sentado y lo único que puedo decir: gracias genio, maestro", cuenta uno de ellos. Mayores y niños que acuden al restaurante en busca de la ropa donada por los vecinos y para poder comer caliente y soportar así las bajas temperaturas.

Son decenas de sintecho los que se han acercado hasta el bar. Y Messi está ayudando para evitar más muertes en una ola de frío como no se recuerda en Argentina.