Miles y miles de euros: funcionan como organizaciones criminales, con apuestas, riesgo, estafas y el claro objetivo de amañar un partido.
Dos o más personas actuán con un cabecilla y captan un partido, preferiblemente de principio o final de temporada, para utilizar el mercado asiático para apostar.
Una vez decidido, llega la fase más complicada: captar y contactar con el equipo en cuestión, como siempre a través del capitán. Se le convence y llega el momento del primer pago antes del partido. El segundo, al acabar, y siempre con la condición de que sea en metálico.
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