Victoria. Victoria, pero susto. Susto importante. Porque era lo que el Real Madrid y Carlo Ancelotti querían evitar. Querían que no hubiera bajas. Que todos llegaran sanos a Manchester. Sí, ese era el objetivo. El triunfo, claro está, también, pero lo principal era no lamentar lesiones. Los tres puntos llegaron ante el Getafe, y también una preocupante imagen de Camavinga yendo completamente cojo al banquillo en el minuto 82 de encuentro.

Fue en una fea entrada del azulón Juan Iglesias, por la cual vio la tarjeta amarilla. El lateral derecho, para evitar que el galo se diese la vuelta, soltó una patada que hizo que Camavinga se fuese directo al suelo con evidentes gestos de dolor.

A pesar de que trató de seguir, finalmente fue sustituido. Porque a pesar de que en primer lugar el cambio iba a ser Asensio finalmente él, completamente cojo, fue quien terminó en el banquillo para que saliera Odriozola.

Ya en el banco, los médicos aplicaron hielo y realizaron las primeras pruebas en su rodilla izquierda.

En su gesto, muestras de dolor y de preocupación. No en vano, el vital encuentro ante el Manchester City en el Etihad, prácticamente una final en la Champions League, es este próximo miércoles.

Es dentro de nada, y ahora la gran preocupación del madridismo es si Camavinga, fijo en la banda izquierda para Ancelotti, podrá estar disponible para frenar las acometidas de Bernardo Silva por la banda derecha del equipo de Guardiola.

Ante el Getafe, victoria madridista gracias a un gol de Marco Asensio en el minuto 69. Se atrevió el balear con un disparo desde fuera que rebotó en un rival para terminar colándose en el arco de David Soria.