El nuevo jugador del Real Madrid, Luka Jovic, ha concedido una entrevista a la revista alemana 11Freunde en la que habla de su infancia y su trayectoria y se declara partidario del "juego inteligente".

Preguntado por su fortaleza física, el serbio, de 21 años, señala que aunque la fuerza es necesaria, lo más importante para él en este momento es el juego inteligente: "Me gustan los jugadores listos e intento jugar con cabeza". "Cuando tenía 15 años y jugaba contra chavales de 18 años y metía 40 goles por temporada, el físico me ayudó mucho a imponerme"."Ahora no soy un luchador que pueda ir como un cohete los 90 minutos. Me gusta lo simple. Quiero usar la fuerza solo cuando no pueda imponerme con la cabeza".

En la entrevista publicada en el número de junio, Jovic habla acerca de su infancia, de como durante una temporada llevó el pelo largo como su ídolo Falcao hasta que éste se lo cortó y también tuvo que hacerlo él. De los ocho a los 11 años su padre lo llevaba al entrenamiento en coche al Estrella Roja de Belgrado a dos horas desde su pueblo en Bosnia hasta la capital serbia dos veces por semana.

A partir de los 11 se marchó a vivir a la capital, donde compartía piso con otros jugadores. En la entrevista recuerda el momento más emotivo vivido con el club serbio cuando el 28 de mayo del 2014 debutó con el primer equipo y a los dos minutos del cambio, marcó el gol que dio la liga a su equipo.

"Todavía llevo esa fecha grabada en las botas". Uno de los momento más tristes que recuerda fue su traspaso al Benfica en contra de su voluntad: "Yo lo tenía claro, quería quedarme hasta el final de la temporada. Llévabamos 20 puntos de ventaja y quería ganar la liga una vez más. Pero el club me vendió en invierno porque necesitaba dinero. Cuando aterricé en Lisboa me pasé tres días llorando".

La estancia en la capital lusa no fue muy afortunada, apenas jugó y corte accidental en el pie mientras nadaba lo apartó 50 días de los terrenos de juego: "Eso no gustó mucho en el club". La prensa local tildó de poco profesional el accidente acuático del que corrieron varias versiones.

El gran cambio lo vivió Jovic en su llegada al Eintrach Frankfurt, club entrenado por Niko Kovac, antiguo jugador croata nacido en Alemania con quien se entendió desde el primer día: "Kovac me ayudó a encontrar el camino correcto. No me daba ni un minuto de descanso en los entrenamientos. Siempre me exigía más. Le estoy muy agradecido. Fue un entrenador muy importante para mí. Me hizo mejor jugador y mejor persona", afirmó.