Después de que en la tarde de este martes saliera a la luz la declaración íntegra de José María Enríquez Negreira ante la Fiscalía, este miércoles 'El Mundo' ha adelantado la lista de obsequios que regalaba.
Comprados por su empresa Dasnil, y sin figurar como gastos deducibles, el exvicepresidente del CTA compró diversos regalos dirigidos a los árbitros de Primera División.
Por un lado, agasajó a los trencillas con artículos para su labor: 1.500 tarjetas rojas y amarillas personalizadas con sus correspondientes porta tarjetas o cientos de monedas para sortear el campo también con la identificación de los árbitros.
Por otro lado, caprichos tales como jamones por valor de 10.000 euros, entradas para partidos de fútbol, palas de playa, sombrillas, bolsas enfriador, sacacorchos, tostadoras, sandwicheras, mantas, pantalones o bolígrafos punteros láser.
Además, invitaba a los árbitros a comer en marisquerías de Madrid y Barcelona, con cuentas de más de 2.000 euros en "dulces, vinos, licores y queso", y realizaba "invitaciones varias" justificando que eran atenciones para compromisos suyos y que le reintegraron el dinero mediante transferencias bancarias.
A través de DASNIL, José María Enríquez Negreira recibía los pagos del FC Barcelona por esos famosos informes arbitrales en busca, según las partes implicadas, de buscar una neutralidad en las actuaciones de los árbitros en los partidos de la entidad azulgrana.
Más Noticias
-
Verstappen, sobre ganar todas las carreras: "Es muy poco probable..."
-
A Alcaraz se le despeja el camino: Sinner, otro favorito eliminado de Roland Garros
-
Charles Leclerc se anima con el castellano en el GP España: "'Good luck' a Carlos..."
-
La locura en Montmeló con los mecánicos 'zanahorios' de Fernando Alonso: "¡33, 33!"
-
El gran sueño de Harry Kane... que no está relacionado con el Real Madrid
Uno de los elementos extraños de este caso es que la sede de la propia DASNIL no pertenecía a Enríquez Negreira, si no a una orden religiosa: la orden de los Mínimos. Ellos predican la austeridad y cobraron un alquiler de 300 euros al exárbitro.